Emma, pintora británica de 55 años tras mudarse a España: "O les encantará o lo odiarán, y parece que se ha convertido en mi sello distintivo"
“Mi plan era hacer arte, convertirme en ecoguerrera y cuidar perros”, cuenta.

Emma Petitt, una artista británica de 55 años afincada en el interior de la Axarquía malagueña, ha transformado en una carrera lo que comenzó como una pasión tardía: pinturas coloristas, figuras femeninas de fuerte carácter y animales tropicales que han encontrado un público entusiasta, sobre todo al otro lado del Atlántico. Sus obras, vibrantes y cautivadoras, no dejan indiferente a nadie.
Originaria de Norwich y formada en Bath, donde cursó unos estudios de cerámica tridimensional, Petitt pasó más de dos décadas vinculada al mundo del comercio y la organización de eventos. Aunque su trayectoria como artista comenzó de forma definitiva tras la mudanza a España en 2015, cuando, tras dejarlo con su pareja, Emma decidió empezar a “ganarse la vida” a través de su arte.
La artista, que trabaja desde un estudio entre olivos y almendros, define su producción como “comercial” en el buen sentido: piezas llamativas, repletas de color y con un espíritu desenfadado, según recoge Sur in English. Sus series de “beach babes”, mujeres voluptuosas en traje de baño dibujadas con trazos exagerados y paletas veraniegas, han tenido especial aceptación en Estados Unidos, en estados costeros donde encajan con el estilo de vida de casas de playa y piscinas.
Pintura y enseñanza
Petitt reconoce que el mercado norteamericano surgió casi por sorpresa cuando comenzó a promocionarse en redes y a participar en ferias. En octubre Petitt participó en la Ruta del Arte de Frigiliana, donde expuso en la tienda de cervezas artesanas Domadora y León, y pintó una obra inspirada en ese local. Durante la muestra vendió, entre otras piezas, un cuadro con un tucán a una visitante canadiense.
Emma combina la pintura con la enseñanza: imparte talleres grabados y en directo con un enfoque informal y realista, lejos de las clases hiperproducidas que, según ella, abundan en las redes. “Me dije: o les encantará o lo odiarán, y parece que se ha convertido en mi sello distintivo”, cuenta defendiendo un estilo tan natural de enseñanza. Además ofrece retiros presenciales y actividades creativas a bordo de cruceros.
Fuera del lienzo, la artista se ha volcado en el rescate y acogida de perros, ya que colabora con Katalino, una organización alemana que traslada animales a Alemania. A su vez, mantiene en su casa a varios perros acogidos que acabaron convirtiéndose en su familia definitiva, además de gestionar camadas temporales de cachorros. “Cuando nos mudamos a España, mi plan era hacer arte, convertirme en ecoguerrera y cuidar perros. No me ha ido nada mal”, resume con humor.
