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El museo de un pueblito de Guadalajara donde puedes ver 'La última cena' de Da Vinci pintada en un grano de arroz

El museo de un pueblito de Guadalajara donde puedes ver 'La última cena' de Da Vinci pintada en un grano de arroz

Un espacio único donde mandan la precisión y el detalle.

Unas manos con un puñado de arrozDepiction AB vía Getty Images

En el corazón de la provincia de Guadalajara se esconde un pueblo que no solo es famoso por sus campos de lavanda y su rica historia medieval, sino también por albergar uno de los museos más singulares de toda España. Se trata de un espacio dedicado a las miniaturas que ha logrado cautivar tanto a los locales como a los visitantes, ofreciendo una experiencia en la que el arte y la precisión se entrelazan de manera única.

Estamos hablando del Museo de las Miniaturas del Profesor Max, situado en un antiguo Convento de los Franciscanos en la localidad de Brihuega. Tras abrir sus puertas en 2010, el centro ha logrado reunir más de 3.000 piezas de arte en miniatura que van desde cabezas de alfileres decoradas hasta casas de muñecas diminutas, creando todo un mundo artístico donde la precisión y el detalle son los protagonistas.

La inmensa cantidad de obras permite poder organizar diversas exposiciones temáticas y temporales que se encuentran en constante renovación. Entre las expuestas hay cuatro premios récord Guinness, como la casa de muñecas más pequeña del mundo o la escultura ídem. Esta última consiste en un torero toreando sobre el fósforo de una cerilla, siendo tan solo una de las muchas ‘miniobras’ que componen este museo.

Maravillas en miniatura

Entre una vasta colección de obras diminutas, destaca una reproducción única de la emblemática obra ‘La última cena’ de Leonardo da Vinci, realizada en un grano de arroz. Esta sorprendente pieza, que desafía los límites de la percepción y el arte en escala, ha dejado boquiabiertos tanto a visitantes como a expertos de todo el mundo que se han desplazado hasta esta localidad guadalajareña para apreciar esta reliquia en miniatura.

Pero esto no queda ahí, el museo también alberga obras tan sorprendentes como un flamenco tallado en el palo de una cerilla, esculturas en tiza o un mini ajedrez del siglo XIX. Además, es uno de los pocos lugares en el mundo donde podemos ver micro lienzos pintados con un solo pelo o la litografía más pequeña del mundo, de tan solo 5 milímetros. Aunque la verdadera competencia a ‘La última cena’ se trata de un cuadro de las siete maravillas del mundo pintadas en una lenteja. 

La innegable fama internacional que ha conseguido este museo ha conseguido que los mejores artistas de miniaturas envíen sus obras hasta este rincón guadalajareño. Este flujo constante de talento y creatividad no solo enriquece la oferta cultural de Brihuega, sino que también reafirma el compromiso del museo por ser un referente en el mundo del arte en miniatura. Así, se erige como un faro de innovación que invita a los visitantes a perderse entre sus pequeñas maravillas.