El pueblo de La Rioja donde por ley tiene que haber silencio nocturno tras la denuncia de una vecina
La mujer se quejó en 2022 por un ruido excesivo en el interior de su vivienda.
En los pueblos, los campanarios no son solo relojes sonoros: son el pulso de toda una comunidad y un archivo vivo de su memoria. Sus toques marcan el paso del día, convocan a misa y fiestas, anuncian duelos o celebraciones y sirven de referencia para generaciones enteras. Por todo ello despiertan un cariño popular profundo y sus campanadas se consideran parte del patrimonio inmaterial que define la identidad del lugar.
Por eso es de extrañar que algún pueblo haga callar ese inconfundible sonido. Este es el caso de Matute, donde el repique del reloj-campanario de la iglesia de San Román ha quedado prohibido durante la franja nocturna. Entre las 22:00 y las 08:00 horas las campanas permanecerán mudas, según la resolución judicial que da la razón a una vecina que denunció que el sonido le impedía dormir.
La controversia se remonta a 2022, cuando la mujer presentó las primeras quejas ante el Ayuntamiento, escribió al Defensor del Pueblo y finalmente llevó el asunto a los tribunales por lo que consideraba un ruido excesivo en el interior de su vivienda. En las quejas presentadas instaba a que el reloj del campanario dejase de sonar en horario nocturno o que al menos se bajasen los decibelios para que el volumen fuese menos molesto.
Una tradición centenaria
En una primera sentencia se le reconoció el derecho al descanso y se ordenó el silencio nocturno, aunque no se le concedió la indemnización solicitada. El Ayuntamiento recurrió ese primer fallo y la Sala de lo Contencioso del Tribunal Superior de Justicia de La Rioja (TSJR) ha ratificado ahora la obligación de silenciar el reloj por la noche e imponer una compensación económica de 3.000 euros por daño moral a la demandante.
Para el Ayuntamiento de Matute la medida supone un golpe a una tradición que, defienden, forma parte de la identidad del pueblo. Jacinto Clemente, alcalde de Matute, ha anunciado que el Consistorio recurrirá la última resolución y ha defendido en declaraciones a COPE que el tañido “lleva muchos años sonando y no creo que pueda molestar a nadie”, explicando que para muchas personas, especialmente las mayores, es un referente.
Sobre las campanadas, Clemente asegura que “las hemos silenciado por la noche hasta que haya una sentencia firme”, una decisión que ha tensado los ánimos de muchos residentes que las consideran una seña de identidad de los pueblos de La Rioja. Mientras el Ayuntamiento prepara el nuevo recurso, en Matute las conversaciones giran en torno a la misma pregunta: cómo conciliar el derecho al descanso de una vecina con el deseo colectivo de mantener una tradición centenaria.