Estupor por la ley japonesa que multa a las empresas en la que sus trabajadores tengan una cintura superior a 85 cm
Al estar regulado por ley, cada año, todas las compañías y gobiernos locales deben presentar sus resultados.

En Japón, la talla del pantalón no es solo un asunto de probador: también es política pública. Desde 2008, el país aplica un sistema de control anual de la cintura de millones de trabajadores con el objetivo de frenar la obesidad y reducir el impacto económico de enfermedades asociadas, como la diabetes o los problemas cardiovasculares.
La normativa, conocida como Ley Metabo, fija unos límites muy concretos: 85 centímetros de cintura para los hombres y 90 para las mujeres. Quien los supera no recibe una multa, pero sí una advertencia y la obligación de seguir un programa de tres meses con asesoramiento sobre alimentación y ejercicio. La presión, en realidad, recae sobre las empresas y los municipios, responsables de demostrar que están reduciendo el peso de sus plantillas.
Cada año, compañías y gobiernos locales deben presentar resultados. Si no logran rebajar los índices de sobrepeso entre sus empleados, el Estado puede imponer sanciones económicas. Es un sistema que mezcla salud pública con control administrativo y que ha generado debate fuera del país por su aparente severidad.
Pero el modelo japonés no se limita al castigo. Muchas empresas han respondido ofreciendo incentivos a quienes participan activamente en los programas de bienestar: desde actividades deportivas subvencionadas hasta premios o incluso viajes para los empleados que consiguen adelgazar. El mensaje es doble: disciplina, sí, pero también apoyo para facilitar cambios sostenibles.
La estrategia se extiende más allá del mundo laboral. Con la Ley Shuku Iku, Japón integra la educación nutricional en la vida escolar desde edades tempranas. En los colegios está prohibida la venta de comida basura y los estudiantes reciben clases con nutricionistas para aprender qué comer y por qué.
La idea es que la prevención empiece mucho antes de que un trabajador se enfrente al famoso metro de la inspección anual. Así, Japón combina restricciones, premios y pedagogía para combatir el sobrepeso, convirtiendo la circunferencia de la cintura en un indicador de salud… y en un asunto sorprendentemente regulado por ley.
