Ismail, 22 años, comenzó su empresa de cuidado capilar en su cocina y ahora vende internacionalmente: "Crecí en una familia donde el cielo era el límite"
Un respaldo que le dio la confianza necesaria para atreverse a experimentar.

A veces, las ideas que te cambian la vida no nacen en una oficina elegante ni en grandes laboratorios, sino en los espacios más cotidianos. Una cocina, una necesidad personal o una frustración diaria pueden convertirse en el punto de partida de algo mucho mayor. Así comenzó la historia de Ismail Ali, un joven emprendedor que transformó una solución casera en un proyecto con alcance internacional.
Cuando tenía tan solo 16 años, Ismail tomó 3.500 coronas de sus ahorros por trabajos a tiempo parcial y empezó a mezclar manteca de karité y aceites en la cocina de su casa en Rinkeby. Aquella pequeña prueba casera se convirtió en Alié Moisture, una marca especializada en cabello rizado y texturizado que hoy se vende fuera de Suecia y ha llamado la atención de medios y distribuidores.
Ismail cuenta que la falta de productos adecuados para su tipo de cabello fue el motor para ponerse manos a la obra. “Crecí en una familia donde el cielo era el límite y recibí un gran apoyo de los profesores de la escuela”, explica en una entrevista con SVT Nyheter, acordándose de un respaldo que le dio la confianza necesaria para atreverse a experimentar, creer en sus ideas y apostar desde muy joven por construir algo propio.
Emprendimiento y compañerismo
Lo que comenzó como una solución personal terminó transformándose en una fórmula que ha encontrado clientes fieles y reconocimiento comercial. “Con el dinero que ganaba en mi trabajo a tiempo parcial, compré manteca de karité y aceites, y empecé a mezclarlos en la cocina de casa”, recuerda con orgullo sobre sus inicios, sin imaginar entonces que aquellas primeras pruebas caseras serían el punto de partida de una empresa tan reconocida.
La historia de Ismail llega en un momento en el que cada vez más jóvenes sueñan con crear su propio negocio. Tan solo en lo que va de año, en el condado de Estocolmo 2.706 personas entre 18 y 29 años registraron nuevas empresas, lo que supone un aumento de más de 1.000 personas con respecto a 2023. Expertos atribuyen parte de la oleada a la combinación entre economía digital, redes sociales y una generación dispuesta a convertir pasiones en ingresos.
Desde sus primeros envases, la marca de Ismail ha ido escalando: consiguió presencia en comercios y acuerdos que le han permitido dar el salto internacional, además de visibilidad en plataformas y medios especializados en belleza. Hoy en día, el joven asegura que su meta no es solo vender productos, sino también tender la mano a quienes quieren emprender desde las afueras de la ciudad.
“Quiero poder ayudar a los jóvenes de las afueras que desean emprender sus propios negocios”, afirma, y ya trabaja en iniciativas y visibilidad para inspirar a otros. Su paso de fabricante casero a fundador de una marca con alcance internacional es también el relato de una generación que, con modestos recursos iniciales y aprovechando redes y canales modernos, está cambiando el paisaje empresarial. Para quienes quieran seguir su ejemplo, Ismail deja un consejo directo: empezar con lo que se tiene, aprender rápido y no perder de vista el objetivo al que se quiere llegar.
