La ciencia da la sorpresa al desvelar la edad de las pinturas de la cueva de Altamira
Un nuevo estudio ha permitido datar el techo de los polícromos de estas cuevas.

La cántabra cueva de Altamira fue el primer yacimiento donde se descubrió y dató la existencia de arte rupestre paleolítico. Un hallazgo que no fue reconocido hasta principios del siglo XX. Ahora un nuevo estudio ha permitido datar la edad real del techo de los polícromos de estas cuevas.
Según confirma el diario La Razón, que ha tenido acceso al estudio publicado en la revista Journal of Archaeological Science, la investigación se ha llevado a cabo por un equipo integrado por el personal del Museo de Altamira y diversos expertos de Extremadura, Madrid, China, Australia, Portugal, Reino Unido y Alemania. En este sentido, los científicos "analizaron y verificaron unas áreas que fueron ya datadas en 2012". "Se ha ampliado la información disponible con nuevas dataciones realizadas en figuras del Techo Policromado [Patrimonio de la Humanidad] que previamente carecían de atención cronológica".
La información difundida desvela que estos techos fueron pintados hace 30.000 años. De hecho, las pinturas figurativas y las simbólicas convivían en el arte de la Península Ibérica desde las primeras etapas del Paleolítico Superior, que "pueden dar por superado el debate sobre si fueron las representaciones no figurativas lo que primero se representó".
"Al ser datadas por series de uranio, se indicó que algunas de las figuras pintadas en color rojo podrían ser del periodo Auriñaciense (que abarca del 43.000 hasta hace 35.000 años) y no del Magdaleniense (15.000-9.500 años) como señalaron dataciones anteriores por radiocarbono de pigmentos negros", reza la publicación. Además, en concreto, una de las muestras arrojó una edad mínima de 32.790 años, con más o menos 4.830 de variación para los signos claviformes.
Para los interesados en visitar este lugar, el acceso por el momento está restringido en algunos espacios. A lo largo del tiempo geológico, el espacio cavernoso ha evolucionado mediante derrumbes de bloques ortogonales, lo que también ha provocado que las paredes presenten un perfil escalonado y laminado.
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