La forma geométrica en la que pocos pasajeros se han fijado y puede salvar la vida en un vuelo

Los aviones son posiblemente, una de las máquinas más complejas que existen, al menos si hablamos de medios de transporte. Sus características físicas, los elementos que los componen y las enormes peculiaridades de su mecanismo, lo convierten en una de las mayores obras que han existido. Más si cabe, teniendo en cuenta la precisión y máxima seguridad que deben tener y el uso tan masivo que se le da a nivel mundial de forma diaria.

Sin embargo, y pese a que todos tenemos claro todo lo dicho hasta ahora, es cierto que esconde infinidad de secretos desconocidos por casi todo el mundo. Entre ellos, multitud de elementos destinados a la seguridad. Desde ganchos hasta triángulos negros, pasando por agujeros en las ventanas.

En primer lugar tendríamos los ganchos de ala. Se tratan de pequeños ganchos amarillos que se encuentran en las alas de las aeronaves y que podría ser decisivo en caso de accidente. Entre sus principales funciones se encuentra la de facilitar las evacuaciones por encima del ala y así asegurar los salvavidas. Su mecanismo se basa en una cuerda de seguridad que pasa desde la puerta y llega hasta los pasajeros, lo que les ayudaría a caminar sobre el ala en el caso de que se produjera un aterrizaje forzoso en el agua.

A continuación debemos hablar del hacha, guardada normalmente en la cabina, y cuya función se centra en permitir que la tripulación pueda cortar los paneles si se produce un incendio.

El siguiente de la lista serían los triángulos negros. Ubicados en las paredes de la cabina, se utilizan para marcar la posición de las alas y los miembros de la tripulación los utilizan en caso de que se tengan que inspeccionar.

Otro elemento clave son los agujeros de la ventana. Estos se usan para asegurar que, en caso de que haya un problema relacionado con la presión, el panel de vidrio exterior se agriete primero, y no afecte a las otras dos capas más cercanas a los pasajeros.

El agujero se encuentra en el panel central del vidrio (el intermedio), y tiene un pequeño hueco para el aire, que lo separa del panel exterior. Así, permite mantener la presión adecuada y la dirige al panel exterior en lugar del interior.

Y por último, y como curiosidad, hay que destacar los ceniceros. Sí, leen bien. En los aviones hay ceniceros, ya que, en caso de que algún pasajero fume -pese a estar incumpliendo las normas-, siempre será mejor que tire la ceniza sobre un cenicero que en otro lugar que pueda ocasionar un problema mayor.