La majestuosidad del neoárabe en España se oculta en un desconocido mercado andaluz
Un tesoro arquitectónico poco conocido por los visitantes.

La herencia árabe en España es un legado cultural y arquitectónico que ha dejado una huella imborrable en diversas regiones del país. Ciudades como Granada, Córdoba y Sevilla aún conservan monumentos emblemáticos como la Alhambra, la Mezquita-Catedral y el Alcázar, testigos de un pasado que fusiona la tradición islámica con la identidad española. Esta influencia también se puede encontrar en Málaga.
Situado en el barrio de El Molinillo, el Mercado de Salamanca sigue siendo un referente histórico y arquitectónico en el distrito Centro de Málaga. Con su estilo neoárabe, su estructura única y sus detalles ornamentales exóticos, este edificio es una joya patrimonial que ha resistido el paso del tiempo y sigue atrayendo tanto a vecinos como a turistas por su majestuosidad y su oferta gastronómica de calidad.
Fue diseñado por el arquitecto Daniel Rubio Sánchez y su construcción se llevó a cabo entre 1922 y 1925. El mercado destaca por su espectacular fachada con influencias neomudéjares, con un gran arco de herradura decorado con bandas de ladrillos y rejas modernistas. Su diseño fue inspirado en la arquitectura islámica y es considerado uno de los ejemplos más representativos de este estilo en la ciudad malagueña.
Unión histórico-gastronómica
Además de su atractivo visual, el Mercado de Salamanca es un punto de encuentro para los amantes de la gastronomía, con medio centenar de puestos activos que cuentan con una amplia oferta de productos frescos de calidad. De esta forma, sigue cumpliendo con su función original: ser un punto de abastecimiento para los vecinos del barrio, con una gran variedad de pescados, carnes, frutas, verduras e incluso hierbas medicinales.
Este mercado es una edificación de una sola planta que cuenta con una cubierta metálica que realza su estética industrial, mientras que los azulejos interiores aportan cierto aire tradicional. Aunque lo que verdaderamente llama la atención por su cuidada estética es la fachada, idéntica en ambos accesos: un gran arco flanqueado por dos columnas. Por otro lado, su techo elevado favorece la ventilación y la iluminación natural, creando un ambiente acogedor.
Popularmente conocido como el mercado del Molinillo, este sigue siendo un emblema en la tradición y la identidad malagueña. Su encanto neoárabe y su perfecta integración en el barrio refuerzan su importancia dentro del tejido urbano, además de convertirse como un punto imprescindible para quienes desean conocer la esencia de la ciudad. A pesar de la modernización del centro, este mercado sigue siendo un lugar poco conocido por los visitantes, consolidándose como un tesoro oculto esperando a ser descubierto.
