Los expertos lanzan una alerta alimentaria al consumo de salmón. Este pez, uno de los más populares en el mundo, contiene más de 70 parásitos. Además, en la piscicultura, se expone a productos químicos que pueden poner en peligro la salud de los consumidores.

Según publica el medio griego News Bomb, la razón por la que el salmón alberga tantos microorganismos está relacionada con su ciclo de vida. "Cuando son jóvenes, estos peces tienden a permanecer cerca de las zonas costeras, donde entran en estrecho contacto con mamíferos marinos que perpetúan el ciclo de vida de los parásitos".

Además, más allá de lo que transporta el salmón en sí, las condiciones en las que se cultiva pueden ser "igual de preocupantes". "El salmón de piscifactoría se alimenta con una dieta procesada de harina de pescado y de diversos aditivos químicos". En este sentido, y con la intención de prevenir enfermedades, "los cuidadores a menudo usan pesticidas y antibióticos que terminan en la superficie de los peces, y en consecuencia, en el cuerpo humano".

Además, de acuerdo a la publicación, estos cuidadores "a menudo usan uniformes y equipos de protección para protegerse de las sustancias tóxicas de las piscinas". "Irónicamente, aunque estos productos químicos están destinados a proteger a los peces, pueden representar riesgos para la salud de las personas que los consumen", reza el digital. 

El medio hace una distinción entre el salmón salvaje y el salmón de piscifactoría. El primero, "se alimenta de forma natural y tiene un perfil más equilibrado"; el segundo, "suele contener grasas más dañinas e impurezas tóxicas". 

En términos de calorías, también hay una gran diferencia, tal como dicen los expertos. El salmón que se encuentra más comúnmente en los hogares, generalmente de cultivo, contiene alrededor de 212 calorías por cada 100 gramos, en comparación con solo 115 calorías en la misma cantidad de salmón salvaje. Aun así, el pez es una fuente de Omega 3.