Revelan la cruda realidad actual del "niño más fuerte del mundo" que logró sus 10 minutos de fama en los 90
Conocido en su infancia como "Little Hércules", ahora ha contado detalles sobre los abusos que sufrió durante su niñez.

Richard Sandrak, hijo de un campeón mundial de artes marciales y una madre estrella del aeróbic, se hizo famoso desde muy joven por tener, con solo seis años, una gran fuerza y un cuerpo más propio de culturistas adultos. Conocido en su infancia como "Little Hércules" y aclamado como el "niño más fuerte del mundio", ahora ha revelado detalles sobre los abusos que sufrió durante su niñez.
Nacido en Ucrania, se convirtió en un fenómeno mundial después de que su familia emigrara a Estados Unidos. Allí participó en competiciones de culturismo en todo el mundo y ganó el título de "el niño más fuerte del mundo" con solo 8 años. También consiguió un papel en la película Tiny Tarzan después de que su programa de fitness lograra la atención de los medios, según ha contado el medio iefimerida.gr.
Cuando era adolescente, Richard podía levantar casi tres veces su peso corporal y su porcentaje de grasa corporal era sólo del 1%, lo cual, según resalta el mismo medio, es peligrosamente bajo. En 2005 se estrenó un documental y muchos expresaron su consternación por el brutal régimen de entrenamiento al que estaba expuesto el niño y la estricta "dieta de atleta", que lo privó de muchos de los placeres y experiencias habituales que disfrutan los niños.
Algunos médicos incluso acusaron a los padres de Richard de darle esteroides, lo que su madre negó. En 2007, Richard, que entonces tenía 15 años, habló con The Guardian e insistió en que nunca lo obligaron a hacer nada contra su voluntad. Pero ahora, Sandrak, de 32 años, ha hablado sobre su problemática infancia y ha revelado que se vio obligado a seguir una carrera de culturismo.
En declaraciones a Metro, ha contado que fue "abusado física y emocionalmente" por su padre, Pavel Sadrak, quien también lo entrenó. "Mi padre solía hacer berrinches, y lo que comenzaba como un entrenamiento normal terminaba conmigo haciendo triples patadas durante 12 horas", ha dicho.
"Hubo más momentos de los que puedo contar en que un simple entrenamiento se convirtió en algo que parecía una situación de rehenes realmente intensa", ha explicado, y ha señalado que incluso cuando estaba viendo la televisión, se veía obligado a hacer sentadillas sin parar, lo que ha admitido que consideraba normal, ya que no tenía un punto de referencia.
Richard también ha dicho que su infancia fue "muy confusa" como resultado del abuso por parte de su padre. En 2003, tras un ataque especialmente violento contra su madre, Lena, su padre fue encarcelado y posteriormente deportado a Ucrania . "Desde entonces fue como un soplo de aire fresco", ha confesado. Richard también se dio cuenta de que el culturismo nunca fue su pasión y a los 16 años lo abandonó.
Aunque liberado del abuso de su padre, Richard todavía tuvo que luchar contra sus propios demonios. Probó el alcohol por primera vez a los 9 años y creció como una estrella infantil en un mundo lleno de fiestas, drogas y alcohol. Cuando tocó fondo, bebía una botella entera de tequila al día, algo que, según decía, lo distraía de su tristeza. Finalmente, decidió dejar de beber y lleva más de un año sobrio.
"Cuando miro hacia atrás y recuerdo todo lo que he pasado, siento como si estuviera mirando la vida de otra persona. Diría que estoy contento con la persona que soy hoy", ha afirmado Richard Sandrak.