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Su cabina vibraba toda la noche, investiga y encuentra un invento oculto produciendo energía durante décadas

Su cabina vibraba toda la noche, investiga y encuentra un invento oculto produciendo energía durante décadas

Fue toda una sorpresa.

Molino de viento desde arribaGetty Images

Durante más de cuarenta años, los vecinos de Saint-Étienne-de-Montluc, un pequeño municipio del oeste de Francia, convivieron con un fenómeno tan desconcertante como persistente: extrañas vibraciones nocturnas que surgían cada vez que el viento se intensificaba. Esta semana, ese enigma finalmente ha quedado resuelto, y su origen es tan sorprendente como entrañable.

La clave del misterio la encontró Josiane Delcourt, de 74 años, cuando revisaba el viejo cobertizo de su difunto marido buscando una caja de herramientas. “Levanté una alfombra raída y vi una trampilla. Al abrirla, me quedé sin palabras”, relató la mujer al diario local. Debajo, bien conservado tras décadas de silencio, se escondía un aerogenerador casero conectado a baterías y piezas electrónicas antiguas. Un sistema completo, engrasado y aparentemente funcional.

Josiane cree que su esposo, fallecido hace algunos años, nunca le mencionó su proyecto por discreción. “Siempre decía que el viento hacía temblar las herramientas. Pero ahora entiendo que había algo más. Tal vez fue su forma silenciosa de contribuir al medio ambiente, antes de que hablar de energías renovables estuviera de moda”.

Las molestias nocturnas —esas vibraciones que tantos atribuyeron al clima o a simples ramas agitadas por el viento— provenían, en realidad, del funcionamiento del generador oculto. Una construcción que, según los primeros análisis técnicos, fue una proeza para su época: diseño preciso, integración de sistemas de almacenamiento energético y un mantenimiento meticuloso.

El hallazgo, lejos de causar alarma, ha despertado admiración en el pueblo. “Sabíamos que era manitas, pero nadie imaginó que escondiera algo así”, comentó un vecino.

Más allá de la anécdota, la historia ha abierto un pequeño debate entre quienes creen que iniciativas como esta pueden inspirar cambios en la forma de producir y consumir energía. El sistema, pese a sus años, funciona. Y eso, en tiempos de crisis energética, tiene un valor simbólico y práctico.

Expertos locales destacan que, si bien la instalación no estaba conectada a la red eléctrica general, demuestra que incluso sin grandes recursos, es posible construir soluciones domésticas sostenibles. La instalación casera plantea preguntas interesantes: ¿hasta qué punto pueden los ciudadanos generar su propia energía? ¿Qué papel tienen los proyectos individuales en el camino hacia una transición energética real?

El ejemplo del aerogenerador escondido en Saint-Étienne-de-Montluc ha sido recogido en medios nacionales y ha despertado la curiosidad de ingenieros, ecologistas y aficionados a la energía renovable. También ha puesto sobre la mesa la importancia de conservar y transmitir conocimientos técnicos que, en ocasiones, se pierden con quienes los desarrollaron.

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