Tienen que desviarse 8 kilómetros por un puente roto y el club de patinaje sale al rescate con una idea brillante
Una llamada de teléfono cambió todo.

En Baambrugge, Países Bajos, la vida diaria se complicó de repente cuando el Dorpsbrug, un puente histórico y monumento nacional, quedó inutilizado tras sufrir graves daños en una colisión según han publicado medios locales.
Las numerosas grietas y el riesgo de derrumbe obligaron a cerrarlo de inmediato, dividiendo el pueblo en dos. Para muchos vecinos, incluso cruzar para hacer la compra o llevar a los niños a la guardería implicaba un desvío de ocho kilómetros.
Fue entonces cuando el Club de Patinaje sobre Hielo de Baambrugge tuvo una idea tan simple como efectiva. Según recoge AD, Dirk de Groot, expresidente del club, recibió una llamada de alguien que le preguntaba dónde guardaban sus pasarelas.
De la pista de hielo al rescate comunitario
El material se encontraba almacenado en casa de un contratista. Utilizaron seis pasarelas de aluminio que normalmente sirven para unir la orilla con el hielo en las competiciones, evitando que los patinadores pisaran zonas quebradizas.
En cuestión de horas, los voluntarios cargaron una pasarela en un remolque, la colocaron junto al puente roto y la anclaron de forma segura. Así, los peatones pudieron cruzar sin tener que dar rodeos kilométricos. “Aquí hay un fuerte sentido de comunidad y por eso podemos hacer las cosas rápidamente. Todos se benefician”, afirma De Groot.
Además, la improvisada pasarela solo estuvo en servicio unas horas. El viernes por la tarde fue retirada cuando el municipio de De Ronde Venen anunció que el Dorpsbrug reabriría ese mismo día hacia las 22:00, tras completar reparaciones urgentes en su superestructura.
