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Tres expertos se ponen de acuerdo sobre qué habría pasado si el apagón en España hubiera durado una semana entera

Tres expertos se ponen de acuerdo sobre qué habría pasado si el apagón en España hubiera durado una semana entera

Los efectos de un colapso energético prolongado afectarían mucho más que la red eléctrica, según advierten tres voces expertas

El hospital de Albacete, en la jornada del apagón en España.
El hospital de Albacete, en la jornada del apagón en España.Victor Fernandez

Tres meses después de que una avería general dejara a millones de personas sin suministro durante casi un día, la emisora catalana RAC1 ha consultado a tres especialistas para analizar qué ocurriría si esa interrupción se hubiera extendido siete jornadas. El escenario que plantean, aunque improbable, tendría consecuencias muy graves para las instituciones, la economía y la vida cotidiana.

Roberto Villafáfila, ingeniero eléctrico y profesor de la Universitat Politècnica de Catalunya, cree que solo un daño estructural masivo o un ataque informático severo podría provocar una interrupción tan prolongada. “Un ciberataque lo haría prácticamente incontrolable. El sistema puede empezar a hacer cosas que no tocan”, advierte. En ese caso, las autoridades tendrían que desconectar los controles digitales y operar manualmente, como antaño.

El diseño actual contempla medidas de protección y sistemas de respaldo para mantener activos los servicios esenciales. Sin embargo, si la afectación fuera extensa, la recuperación sería desigual. Algunas zonas volverían a la normalidad en pocas horas, mientras que otras podrían permanecer varios días sin red eléctrica, especialmente si fallaran múltiples nodos a la vez.

Emergencia nacional y respuesta escalonada

Sergio Delgado, subdirector de Protección Civil, confirma que no hay un plan específico para una desconexión total de siete días, aunque sí se han diseñado protocolos para abordar sus efectos colaterales. Pone como ejemplo la gran nevada de 2010 en Girona, cuando 200.000 hogares quedaron aislados sin electricidad durante una semana.

Ante un desastre similar, se activaría el CECAT (Centro de Coordinación de Emergencia) y se reuniría un comité de crisis con representantes de las empresas energéticas y de los servicios básicos. Se daría prioridad a instalaciones vulnerables como hospitales, residencias o centros logísticos. También se repartiría combustible para alimentar generadores allí donde fuera posible.

“La sociedad no quedaría congelada, pero sí muy tensionada y dividida por zonas”, explica Delgado, que insiste en la necesidad de anticiparse con planes sectorizados y reservas críticas.

Dependencia digital y pánico informativo

Cristina Sánchez Miret, socióloga, alerta de que el mayor problema sería el descontrol social: “El primer impacto sería el desconcierto. Y el segundo, la pérdida total de referencias informativas”. Señala que sin internet ni televisión sería aún más difícil distinguir los rumores de los hechos. “Ya nos cuesta discernir lo que es cierto teniendo acceso a la red… imagina sin él”, apunta.

A su juicio, la ciudadanía no ha aprendido la lección tras la última crisis energética. “¿Quién se ha comprado una linterna desde entonces?”, ironiza. En su opinión, la vulnerabilidad tecnológica de la sociedad es absoluta: “Nuestra rutina depende de un clic, un enchufe o una conexión inalámbrica”.

Desde Protección Civil recomiendan preparar un kit de emergencia autónomo, con linterna, radio, baterías y víveres básicos. Insisten en que, ante un colapso prolongado, los canales analógicos seguirían siendo los más fiables para difundir instrucciones oficiales.

La hipótesis de una desconexión total durante siete días sigue siendo remota, pero no imposible. La respuesta, según coinciden los tres expertos, requeriría algo más que paciencia: previsión real y un cambio profundo en la cultura del riesgo.