Los comercios de compra de oro del centro de Madrid están experimentando un claro aumento en su clientela y en el volumen de sus ventas. El motivo, según los propios dependientes: Donald Trump.

En declaraciones al medio Economía Digital, una trabajadora que prefiere mantenerse en el anonimato afirma que "somos el banco de los pobres, cuando alguien no puede ir a uno, acude a nosotros, el que vende oro lo hace por necesidad". El perfil de sus clientes: trabajadores precarios, jubilados, inmigrantes o autónomos que no logran acceder al sistema bancario tradicional. 

La dependienta, que trabaja en una de las tiendas colindantes a la Puerta del Sol, revela que "la gente que tenía oro acumulado desde hace años, ahora lo está vendiendo". "Notamos que hay más movimiento desde hace semanas por la situación política. El precio está alto y la gente necesita dinero, cuando baje, la gente comprará".

De acuerdo a la información difundida, en contextos de inestabilidad económica, el oro sigue funcionando como un valor refugio. "Su cotización suele elevarse cuando los mercados temen caídas bursátiles o tensiones geopolíticas".

En conversación con el medio, Javier Molina, analista de Mercados de eToro, asevera que "el oro ha pasado de ser un activo táctico a convertirse en una herramienta estratégica dentro de las carteras de inversión". Además, destaca que la fiebre del oro no es una simple moda. "Estamos en un ciclo alcista con fundamentos sólidos. Hay temor a una crisis del dólar y la inflación no da tregua. Todo eso explica que los inversores miren el oro como protección frente al caos".

"Ahora, yo sí creo que no solamente va a mantener su atractivo, sino que podría seguir revalorizándose", concluye en la publicación. "Otra cosa es que tenga correcciones, pero, al final, toda subida se tiene que digerir".