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Un carguero de 5.000 toneladas queda atrapado en el hielo del Ártico durante seis semanas y arranca la operación de rescate

Un carguero de 5.000 toneladas queda atrapado en el hielo del Ártico durante seis semanas y arranca la operación de rescate

El navio Thamesborg tuvo que vaciar los tanques inundados y utilizar equipos especializados en la rotura de hielo para poder volver a navegar. 

El carguero 'Eagle S.', sospechoso de causar daños a los cables de telecomunicaciones EastLink2 que cruzan el mar Báltico.Europa Press/Antti Aimo-Koivisto/Lehtikuva/dp / DPA

El Thamesborg ha vuelto a navegar después de haberse quedado atrapado en las aguas del Ártico durante seis semanas. Se trata de un carguero holandés de unas 5.000 toneladas que quedó inmovilizado en el Paso del Noreste tras encallar en el hielo. La operación de rescate fue tediosa y arriesgada, pero finalmente se logró que el navío vuelva a surcar las aguas. 

Las autoridades recurrieron a un delicado trabajo técnico con el que fue necesario descargar parte de la carga, vaciar los tanques de lastre que se habían inundado y usar equipos especializados para romper el hielo que abrazaba con fuerza el carguero. 

Luego de estabilizar la estructura del casco y verificar su integridad mediante inmersiones y controles, tuvo que pasar una inspección más minuciosa para confirmar que el regreso a las aguas fuese seguro.

Con el barco declarado apto, el Thamesborg y sus acompañantes (el rompehielos y dos remolcadores) comenzaron la navegación hacia aguas menos hostiles, en dirección al sur, atravesando la bahía de Baffin e ingresando al Atlántico por el estrecho de Davis. Se estima que llegará a Baie-Comeau, en la costa de Québec, alrededor de este 24 de octubre después de seis semanas insertado en el hielo y la incertidumbre.

El estrecho de Bellot, un canal reducido y peligroso, también ha sido otro de los puntos claves de la operación porque por ahí tuvo que transitar el equipo que logró la hazaña de desatascar el navío. Se trata de un lugar donde las corrientes son altamente volátiles, hay constantes variaciones en la marea y los vientos generan turbulencias. 

Este estrecho se convirtió en una ruta alternativa durante la Guerra Fría y se usaba especialmente como vía de escape en caso de que otras rutas se congelaran inesperadamente. En 1957 el rompehielos Storis fue uno de los primeros en adentrarse en sus aguas.

El Thamesborg es otro de los barcos que han caído en las garras en esta época del año en la que el invierno empieza a asomar. El transporte marítimo ártico sigue siendo elevadamente arriesgado en función de la época del año y los recursos para desatascar a los navíos que quedan incrustados en el hielo son enormes. Por suerte, en este caso el carguero vuelve a surcar las aguas rumbo a casa.