Un concesionario fantasma a 5 kilómetros de la meca de Audi lleva cerrado 30 años y no retira sus cochazos de 1994 del escaparate. Algo que ha sido lugar de peregrinaje para los más aficionados a los coches clásicos.

En concreto, muy cerca de la fábrica de Audi en Ingolstadt, hay un concesionario que tuvo que cerrar y los coches se quedaron en su sala de exposición. Josef Stock vendía vehículos Ford en su tienda.

Pero la demanda comenzó a caer de forma contundente y, hasta su muerte, en 1994, trato de vender todos los vehículos que tenía en sus instalaciones. Pero, todavía 30 años después, el paso de los años no ha hecho que abran sus puertas al público.

En el concesionario, hay 150 coches usados y otros 150 nuevos. Cuatro años después de la muerte del propietario, su mujer vendió la mayor parte del inventario y se quedó con solo siete vehículos. Un legado que quería dejar a sus nietos cuando fuera mayores de edad. 

Se trata de tres Ford Sierras, dos Ford Fiestas, un Ford Escort y un Ford Orion. Los vehículos son de los años 1977 a 1981 y sí, siguen expuestos actualmente en el concesionario abandonado.

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