Un informático tenaz pasa 7 años construyendo un velero de 22,5 metros con chatarra y así va su plan
Ha despertado tanta curiosidad su proyecto que un centenar de especialistas se han ofrecido a ayudarle a soldar, pulir y construir su proyecto.
A Doug Jackson, un exprofesional de la tecnología ha logrado culminar un sueño, aunque le ha llevado más de siete años y lo ha conseguido gracias su creatividad y la ayuda que le han prestado otras personas. Se trataba de construir un barco de inspiración china, al que ha llamado SV Seeker, un sueño que tenía desde su infancia. De niño, solía arreglar cosas que se rompían en su casa y, con el tiempo, acabó siendo ingeniero. Y ahora ha llegado a construir su propio barco de 22,5 metros, pero usando sus propios recursos del jardín de su casa, según publica Luxury launches.
Para empezar a hacerlo lo primero que hizo fue mudarse de una cómoda comunidad de vecinos a Tulsa, en el Estado de Oklahoma, Estados Unidos. Es una ciudad industrial donde él pensaba que la gente entendería la importancia de proyectos como el suto.
El SV Seeker está tan profundamente inspirado en la cultura china que incluso el casco se plegaba como un origami antes de soldarse para darle forma. La cabina de mando es básica y utilitaria, pero cuenta con todo lo esencial, y aunque no es lujosa como un yate, tiene todo tipo de detalles. Además, el canal de YouTube SV Seeker, que creó Jackson, despertó la curiosidad de mucha gente sobre su proyecto y el apoyo le llegó casi sin que él lo pidiera, con más de un centenar de personas expertas que se presentaron en su casa para ayudarle a soldar, pulir y construir su proyecto durante más de siete años.
Los detalles de inspiración china que se encuentran por todo el barco son extraordinarios, destacando especialmente Lolani, un dragón de espuma de poliestireno que le da una personalidad salvaje a la embarcación. El sistema de anclaje y el gran cabrestante procedían de un camión siniestrado y fueron inteligentemente reutilizados para el SV Seeker, demostrando que el ingenio puede fácilmente eclipsar el equipo costoso.
Además, el mástil está personalizado utilizando postes de servicios públicos rescatados de un depósito de chatarra en Tulsa, un brillante ejemplo de cómo sacar el máximo provecho de los desechos. Los camarotes de la tripulación que eventualmente se equiparán con cómodas literas y un baño, y las baldosas están hechas de madera de ipe brasileña cortada de restos recogidos de las cubiertas de otras personas.
Las puertas del SV Seeker son quizás el detalle artesanal más deslumbrante, con motivos de animales marinos como el cangrejo y el pulpo grabados, y los tiradores de las puertas imitan las patas curvas de este animal de ocho brazos.
El barco fue trasladado 15 millas hasta el puerto de Catoosa, en Tulsa, utilizando dos juegos de ejes tándem y un carro debajo, remolcado por un camión pesado. Y éste es el final de la historia: ahora Jackson vive a bordo, sigue creando y navegando, con el SV Seeker ya ha explorando pueblos del río Arkansas, aguas de Florida, puntos estratégicos del Atlántico y recientemente ha estado en Dún Laoghaire, Irlanda.