¿Quién no ha soñado ganar una lotería de chaval y hacerse rico con toda la vida por delante? Este sueño se hizo realidad en el caso de Callie, una adolescente británica de 16 años. El problema es que el mismo sueño pronto se tornó en pesadilla.

Esta chica vivió en 2003 ese momento para muchos ansiado, cuando ganó la lotería de Reino Unido. De golpe y porrazo, se vio con el equivalente a unos 2'1 millones de euros.

Un dinero que le permitió un cambio de 'vida' hacia un nivel jamás pensado por ella ni por su familia. Compró una casa, se hizo ropas con un diseñador y se pasó una larga temporada entre fiestas y operaciones estéticas.

Cuenta que tener tanto dinero le dificultó algo a priori sencillo, saber quién era su gente de verdad y quiénes se acercaban por interés. Y cayó en algo más que compras y fiestas.

Una lucha contra el abuso de las drogas, una depresión y dos intentos de suicidio llenan el historial médico de Callie. "De la noche a la mañana pasé de ser una niña despreocupada a una adulta", apuntó ella misma años después, narrando la 'cara oculta' de la riqueza.

Fuentes de la Lotería Nacional explicaron que en su momento le ofrecieron un asesoramiento financiero, pero ella se negó. "Recibió un amplio apoyo de nuestra parte durante muchos años, pero no lo aprovechó".