Un dentista que tenía entre sus planes instalarse en el pueblo francés de Perne-en-Artois (Pas-de-Calais), ha tenido que desistir en su objetivo después de que parte de los habitantes, preocupados por la perturbación de su paz, se quejasen de sus planes. 

El pueblo, de apenas 1.600 habitantes, afrontaba escasez de profesionales de la salud. Sin embargo, las cosas no salieron según lo previsto, pues un grupo de vecinos de la localidad se negó a su instalación, tal y como relata el diario francés L'Avenir de l'Artois. 

De hecho, fueron ellos los que comenzaron una petición con el objetivo de impedir su llegada, pues defendían que el nuevo establecimiento perturbaría su desarrollo habitacional.  "No es el lugar adecuado. No es posible en la calle. Habría demasiada gente pasando y creo que habría demasiados coches para una calle pequeña como la nuestra", afirman algunas fuentes a RTL.

Algunos no lo ven como un pueblo

"Nos quejamos por todas partes de los desiertos médicos y luego tenemos la suerte de tener un dentista que quiere instalarse y estamos haciendo peticiones. Es un poco ridículo. No veo qué problema hay en que un coche se quede ahí treinta minutos", lamenta uno de los vecinos de Pernois. 

Ahora, la alcaldesa del pueblo, Geneviève Janssoone Czajka, declara que están buscando a otro interesado para que pueda suplir la falta de médicos que afronta el lugar. 

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