Una gastrónoma destapa el tatarabuelo español de lujo de los tupper que se remonta al siglo XVI
A pesar de que no se aceptó en la RAE hasta 2017, llevan siglos usándose.
Los tápers, esos recipientes omnipresentes en las oficinas, congeladores y neveras de muchos hogares, parecen ser una moda reciente. Sin embargo, el concepto de llevar comida preparada fuera de casa tiene una historia mucho más larga.
Pese a que no entró en la RAE hasta 2017, la popularidad de estos recipientes herméticos modernos tiene su origen en la empresa Tupperware, fundada en 1938 por un ingeniero químico alemán. La capacidad de preservar los alimentos sin permitir la entrada de aire de este invento fue la clave de su éxito ya que conservaban mejor los alimentos.
Antes de que la palabra existiera, las personas usaban fiambreras, tarteras o la definición más curiosa: portaviandas. Estos últimos eran más sofisticados, ya que permitían apilar varios recipientes con un espacio debajo para brasas, manteniendo la comida caliente durante los trayectos, el prototipo del taper eléctrico.
Pero si hablamos de sofisticación, el guardacenas es el rey de las fiambreras históricas. Utilizado en los siglos XVI y XVII, este curioso utensilio era una cazuela con un cierre de llave que se llevaba en viajes largos para evitar que algún paladar robara comida o se envenenara la misma.