Un niño suplica a sus padres que le cambien el nombre por ser igual que el de un mueble
La situación se ha vuelto muy complicada para el menor.
Uno de los momentos más decisivo -si no el que más- en la vida de cualquier persona, es el momento en el que tus padres deciden el nombre con el que vas a ser bautizado o bautizada. Optar por un nombre poco común o directamente extraordinariamente raro puede suponer un problema a largo plazo para el niño o niña por numerosos motivos.
Un caso así se ha producido en Francia, donde unos padres decidieron nombrar a su hijo adoptivo Buffet, traducido como aparador en castellano. Este hecho hizo que el menor desarrollara un sentimiento de rechazo a su nombre, según informa el medio francés Velds, quien se ha hecho eco de la noticia.
Según informan en el portal, los progenitores se decantaron por este nombre con el objetivo de preservar la herencia familiar, sin embargo, se ha convertido en un problema para el menor, que asegura sufrir una gran inseguridad y deseo de rechazo a su nombre, especialmente en sus primeros años. Esto se debe a que está sufriendo muchas burlas por parte de sus compañeros de colegio, que rápidamente relacionan su nombre con el mueble en el que se almacenan utensilios relacionados con la comida y la mesa.
Para contrarrestar las burlas, los padres decidieron añadirle un Harrison como segundo nombre y cambiando su apellido, pero de momento no parecen cesar las burlas, ya que en sus documentos continúa apareciendo su nombre de pila.
Ante lo ocurrido, la madre del menor compartió su historia a través de redes sociales, viralizándose casi de inmediato. En su publicación apuntó que su hijo les "suplica a diario" que le cambien el nombre, y que "no quiere seguir llamándose así, porque le duele".
Por todo ello, el menor ha pedido a sus padres utilizar Harrison como nombre principal, y aunque ambos adultos entienden la postura de su hijo, por el momento se muestran reticentes a aceptarlo y debaten si deberían hacerlo o no.
En definitiva, los padres no descartan dar un paso hacia adelante y aceptar la petición de su hijo, que conllevaría un proceso legal que en el país galo desde 2017 es más fácil que antes si se declara un interés legítimo como en este caso, ya que podrían alegar que la estabilidad emocional del menor estaría siendo vulnerada.