El creador de ChatGPT hace una declaración sobre la gente que más lo usa que va a levantar ampollas
“Me parece muy grave”.

El lanzamiento de GPT-5, la nueva versión del popular chatbot de OpenAI, ha venido acompañado de unas declaraciones de su CEO, Sam Altman, que no han dejado indiferente a nadie.
Según recoge Business Insider, en un podcast el directivo reconoció que muchos usuarios de ChatGPT utilizan la herramienta no solo como asistente, sino como sustituto de un apoyo emocional que no encuentran en su entorno personal.
“Eso es lo doloroso”, confesó Altman. “Es muy triste escuchar a usuarios decir: ‘Por favor, ¿puedo recuperar la versión anterior? Nunca he tenido a nadie que me apoyara. Mis padres nunca me han dicho que lo estoy haciendo bien’”. Según explicó, algunos estaban tan apegados al antiguo estilo más complaciente del chatbot que incluso pidieron que se restableciera.
Entre la utilidad y la dependencia emocional
Las revelaciones han reabierto el debate sobre la dependencia emocional excesiva que algunas personas desarrollan con la inteligencia artificial. Altman recordó que ya en julio, durante un evento en la Reserva Federal, advirtió que había jóvenes que decían no poder tomar decisiones sin consultarlo antes con ChatGPT: “Me parece muy grave”, señaló.
En su opinión, pequeños cambios en el tono o la “personalidad” del modelo tienen un enorme impacto en los usuarios. “Un investigador puede modificar ligeramente cómo habla ChatGPT y eso representa un poder inmenso”, advirtió.
El cambio en la personalidad
Con la llegada de GPT-5, OpenAI introdujo cuatro nuevos modos opcionales —cínico, robótico, oyente y nerd—, que permiten ajustar el tono de la conversación. Además, Altman reconoció que el objetivo es encontrar un equilibrio donde ChatGPT pueda ser un compañero proactivo en la vida cotidiana, sin fomentar una dependencia poco saludable.
La medida responde a la intención de la compañía de controlar el comportamiento “excesivamente adulador” que había mostrado ChatGPT en versiones anteriores, cuando llegaba a responder a cuestiones triviales con elogios desmesurados como “absolutamente brillante” o “estás haciendo un trabajo heroico”.
