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Enseña cómo se cosechan los cacahuetes y nadie se esperaba que eso fuese así

Enseña cómo se cosechan los cacahuetes y nadie se esperaba que eso fuese así

“Seguiré pensando que aparecen por arte de magia”

Detalle en primer plano de varios cacahuetes con cáscara, de color beige y textura rugosa.
Primer plano de cacahuetes con cáscara, los mismos que han provocado una revelación colectiva en TikTok.Marie Hickman

Resulta que los cacahuetes no crecen en árboles. Tampoco salen de una fábrica ni caen del cielo metidos en bolsitas. Crecen bajo tierra, como las patatas. Sí, miles de personas acaban de descubrirlo gracias a un vídeo de quince segundos que ha publicado en TikTok la usuaria @revecaogata7.

En él, una mujer se agacha en un campo, tira de una planta verde y, al levantarla, deja al aire un manojo de raíces repletas de cacahuetes, cubiertos de tierra. Los sacude un poco, los muestra a cámara y sonríe, satisfecha. No habla, no hay ni una explicación. Solo se ve un rótulo en pantalla: “Cosechando cacahuates en casa de mi hermano Elías". Una escena tan sencilla como reveladora.

El vídeo acumula más de 6,5 millones de visionados y ha desencadenado un fenómeno que mezcla sorpresa, risa y desconcierto. Lo que pretendía ser una escena doméstica se ha convertido en una lección involuntaria de biología básica. De pronto, medio mundo ha descubierto que los cacahuetes nacen bajo tierra. Una revelación tan evidente que da hasta pudor, pero ahí están los números: millones de adultos viendo, por primera vez, una planta de cacahuete.

El descubrimiento

Los comentarios son una sucesión de epifanías. “Pensé que venían de un árbol”, escribe alguien. “Yo también, como el tamarindo”, responde otro. “Me siento como un estadounidense”, confiesa un tercero. La sección parece un grupo de terapia para quienes acaban de recordar que los alimentos no brotan en los lineales del supermercado.

Otros tratan de asumirlo con humor. “Me sentí como cuando descubrí que las pasas eran uvas secas”, dice una usuaria. “Seguiré pensando que aparecen por arte de magia”, apunta otra, probablemente agotada por tanta realidad. El vídeo no enseña una técnica agrícola: enseña lo que pasa cuando la modernidad se desconecta tanto del campo que un cacahuete se convierte en un misterio.

El éxito del clip no se explica solo por la sorpresa, sino por el espejo que pone delante. Nos recuerda que la mayoría ya no sabe de dónde sale nada. Que la agricultura se ha convertido en una postal para anuncios de yogur y que la educación básica se ha delegado en un feed infinito de vídeos. Una mujer arranca una planta del suelo y medio planeta redescubre la existencia de la tierra. Una ironía perfecta para nuestra era digital: lo natural solo nos interesa cuando cabe en la pantalla vertical de un móvil.