Muchos creen que Marcus, estadounidense, ya es español por lo que le pasó en la siesta
“España no es para débiles”

Hay un momento concreto en el que muchos extranjeros dejan de sentirse como turistas y empiezan a entender, con sudores fríos incluidos, cómo funciona realmente España. No suele pasar en un museo, ni por descubrir cuál es la hora en la que se cena o cuando al fin aprenden a pronunciar bien la palabra "croqueta". Ese instante suele pasar justo después de comer, cuando una inocente siesta se les va de las manos.
Eso es lo que exactamente le ha sucedido a Marcus, un joven estadounidense que está pasando una temporada en León y que ha terminado protagonizando uno de esos vídeos de TikTok que muchos se paran a ver y acaban pensando lo mismo: este ya se ha perdido, ya es de aquí. En su caso, la revelación llegó al despertar de “la siesta más loca de su vida”.
El vídeo viral del estadounidense Marcus arranca con el creador de contenidos mirando a cámara, con un gorro de lana puesto y cara de haber vuelto de otra dimensión. La primera frase que suelta por su boca ya suena a rendición absoluta: “Son las 19:40 de la tarde y acabo de despertarme de la siesta más loca de mi vida, colega”. Por si quedaba alguna duda, el propio vídeo lo remata arriba con un mensaje claro: “España no es para débiles”.
Porque Marcus, él mismo lo cuenta, se ha pasado estos últimos siete años “entrando y saliendo de España" y aun así, le resulta imposible seguir el ritmo de muchos españoles. Ese día, cuenta, la comida fue “buenísima y muy abundante”, con “mucho vino” y, cómo no, los clásicos "chupitos de whisky de después de comer”. Cuando alguien se atrevió a ofrecerle alguna copa más, él intentó frenar el carro como bien pudo: “No, no, no. Estoy llenísimo. No puedo más”.
Pero España tenía otros planes preparados para él. “Bueno, es hora de la siesta”, recuerda que le dijeron. Él pensó que sería “una siesta de una hora y media”. Sin embargo, no lo fue. "Han pasado tres horas y media. ¡Tres horas y media!”, repite, todavía sin haber asumido que ha vuelto al mundo, antes de ser consciente que lo han derrotado: “No puedo. Me encanta, pero no puedo. No puedo”.
En los comentarios, la acogida ha sido la que se reserva a quien empieza a entender de qué va esto. Paco Fdez resume la escena sin rodeos: “Menuda vida te estás pegando”. Otros ponen nombre a la experiencia. UsuarioOcupado habla directamente de “la siesta existencial”: “Ah, ya conoces esas siestas que se nos van de las manos. Son las mejores. Es la siesta existencial: te despiertas y te preguntas quién eres, dónde estás y qué ha pasado. Luego te tomas un café y listo”.
Hay quien eleva la siesta a categoría cultural. WineHeaven lo deja claro: “La siesta es la meditación española”. Y quien da por completado el proceso de adaptación, como Hostia Fruta: “Te estás adaptando bien. Ahora te duchas, te arreglas y sales otra vez a cenar y a beber”. Incluso llegan las advertencias regionales, como la de sphynx: “Como vengas a Asturias, prepárate para la comida y la sidra, que te vas a poner fino, como decimos aquí”.
Porque si algo deja claro Marcus en su vídeo es que hay costumbres que no se aprenden en siete años. Se sobreviven. “España no es para débiles”, resume con sorna en un rótulo que se mantiene en pantalla durante el vídeo. A veces, simplemente, te despierta cuando ya es de noche y lo siguiente que haces es salir a por churros.
