El número de seguridad social de los daneses es un elemento fundamental que a menudo se proporciona a empresas privadas y públicas para llevar a cabo numerosas transacciones. Esto se ha convertido recientemente en un arma de doble filo de la que se aprovechan los estafadores que encuentran una llave en esta fisura del sistema. Christina From-Nielsen ha sido una de las víctimas después de que adquiriese un colchón valorado en 180 euros.

Después de la compra, uno de los estafadores había conseguido su número social, nombre y dirección. Desde entonces, numerosas compras se adjudicaron a su cargo sin ningún tipo de consentimiento. "Me puse nerviosa y asustada, pensé quién podría tener mis datos", asegura la víctima recalcando que esos datos deberían ser absolutamente confidenciales.

Christina escribió a tres empresas que la adjudicaron diferentes compras que ella nunca hizo. La cantidad ascendió a miles de euros y ella llegó a la conclusión que, al poner medidas legales de por medio, el gasto final aumentaría a bastante más de lo que jamás se habría imaginado. La policía acostumbra a desestimar los casos debido a que, por cómo está gestionada la burocracia danesa, resulta muy difícil encontrar a los estafadores que se lucran de esta brecha en el sistema.

En 2024, casi 40.000 daneses denunciaron delitos de ciberseguridad y un total de 1.140 personas denunciaron fraude con información falsa o robada. Todo ello se basa sólo consiguiendo el número de seguridad social con el que se puede solicitar un préstamo rápido. Además, también se pueden pedir diferentes productos como ropa, electrodomésticos o cualquier otra cosa que se pueda imaginar. La ciberseguridad se ha convertido en uno de los ejes de mayor preocupación de los daneses por las numerosas estafas que se han llevado a cabo en los últimos meses.