En la era de las tarjetas de crédito y el dinero digital, a veces parece que la práctica de ir a sacar dinero a un cajero automático queda más en el recuerdo que en el día a día, pero esto no siempre es así.

De hecho, los datos demuestran que el uso de los cajeros físicos sigue siendo más habitual de lo que podemos pensar, sobre todo para la retirada de dinero en efectivo.

Por este motivo, hacer que esta práctica sea lo más sencilla posible para todos los usuarios debe ser una prioridad, motivo por el que a partir del sábado entra en vigor una nueva normativa.

Concretamente, todos los cajeros automáticos de España se verán afectados a partir de este sábado 28 de junio por un cambio que supondrá un paso adelante en cuanto a accesibilidad e inclusión.

Así, la nueva obligación establece que todos los cajeros automáticos de nueva instalación deberán ofrecer su información a través de diferentes canales sensoriales y un lenguaje más claro, directo y adaptado a distintos niveles de comprensión.

Es decir, no solo se mantendrán las instrucciones visuales en pantalla, sino que se sumarán indicaciones por voz, funciones táctiles y mejoras en la legibilidad. 

Estas novedades están pensadas especialmente para facilitar el uso a personas con discapacidad visual, auditiva o motora, promoviendo así un entorno financiero más accesible e inclusivo para todos.

Entre las mejoras que ya deberán incorporar los nuevos dispositivos se incluyen pantallas de alto contraste, textos con tipografía más clara y de mayor tamaño, teclados con escritura en braille y sistemas de guía por voz.

La medida entra en vigor de forma inmediata para los cajeros nuevos y los bancos tendrán hasta el 29 de junio de 2030 para adaptar el resto de dispositivos ya en funcionamiento. La transición se hará de forma gradual y dependerá de cada entidad.