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Una argentina solo necesita una semana en Mallorca para describir en estos términos a los españoles

Una argentina solo necesita una semana en Mallorca para describir en estos términos a los españoles

“Que no te sorprenda"

Captura de Florencia Conforti sentada en la arena hablando a cámara con el mar al fondo.
Florencia Conforti, durante el vídeo viral grabado desde una playa de Mallorca.TikTok

Hay vídeos que funcionan como un espejo: los ves, sonríes y piensas “pues igual no somos tan mala gente”. Eso es lo que ha provocado el clip de Florencia Conforti, una argentina recién llegada a Mallorca que se ha plantado en la playa (arena, mar azul y un sol que parece patrocinado) para contar cómo ha sido su primera semana viviendo en España. Y lo que podría haber quedado en un desahogo migratorio más se ha convertido en una reflexión que ha tocado hueso.

Ella es creadora de contenido, madre, recién aterrizada y con la agenda llena de trámites que cualquiera que haya pisado una ventanilla reconoce al instante. Aun así, el vídeo arranca con una serenidad que casi desconcierta: “La verdad es que está siendo una semana hermosa”, dice antes de admitir que han hecho “puros trámites” y que eso les generó “bastante estrés”. Entre alquilar coche, mover papeles y que “los nenes ya empezaron el cole”, la primera semana no ha sido precisamente un spa.

Pero la sorpresa llega por otro lado. Sentada frente al mar, casi como si estuviera grabando un mantra veraniego, lanza el descubrimiento que ha encendido la viralidad: “Lo que más, en realidad, nos sorprendió fue la gente, cómo fuimos recibidos en cada lugar”. Y entonces llega la frase que ha dejado a TikTok asintiendo: “Me di cuenta de algo que es súpersimple y poderoso: que con ser amable alcanza”. Nada de grandes teorías: ella habla de sonreír, saludar, agradecer “de manera sincera”, y de mostrar respeto. De esas cosas que damos por obvias… hasta que alguien te las recuerda con el mar de fondo.

La creadora lo explica con una claridad desarmante: con esa actitud, “todo se vuelve más fácil, más liviano, más humano”. Y lo dice sin moralina, en tono de quien simplemente ha observado cómo le ha tratado la gente en su primera semana y ha llegado a una conclusión bastante terrenal: España les ha “abierto las puertas” y lo mínimo que sienten que pueden traer es “amabilidad, respeto y agradecimiento”.

Las reacciones al vídeo han seguido la misma tónica amable. El comentario más popular resume en una frase que podría haber firmado cualquier emigrante feliz: “Los argentinos somos bienvenidos en España, nos tratan muy bien y nosotros respetamos siempre el lugar donde estamos”, decía un usuario con 18 likes. Otro directamente le hizo los honores: “Eres de la familia. Bienvenida a casa. Que seas muy feliz en España”. Y no faltó quien tiró de pragmatismo mediterráneo: “Más gente como tú hace falta en este país, bienvenidos a tu casa”.

Entre los 36 comentarios hay también historias espejo. “Hace 9 meses que emigré y nos sobra amabilidad y buena onda, aunque del otro lado a veces no hay esa misma onda”, escribía una usuaria, restando dramatismo con un “a darle con todo”. Otros fueron más concisos: “Es así… la amabilidad y la cortesía son buenas llaves”; “Todo el que viene a trabajar con honradez y educación es bienvenido”; o “Has elegido uno de los sitios más bonitos de este país”, celebró otro.

Y luego está Tino, que se marcó un ensayo breve sobre la hermandad hispana: “Que no te sorprenda, la familia siempre es bien recibida… hay que vivir el presente y sois de la familia, bienvenidos”. Un comentario que condensa a la perfección por qué este vídeo ha pegado tan fuerte: porque habla de algo tan sencillo como evidente. Tratar bien al otro suele salir más barato que cualquier trámite.

El cierre del vídeo vuelve a ser suyo, con esa calma de quien ya ha tenido la revelación del día: “La actitud abre más puertas que cualquier trámite”. Y añade una de esas frases que se quedan resonando un rato: “Cuando venís con buena energía, el lugar también te recibe distinto. Eso te lo aseguro”.

Quizá por eso ha funcionado tanto: en tiempos ruidosos, que venga alguien desde una playa mallorquina a recordarnos lo básico suena casi a lujo.