El soldado que ayudó a derribar la estatua de Sadam Husein en Irak duda ahora del objetivo de la guerra

El soldado que ayudó a derribar la estatua de Sadam Husein en Irak duda ahora del objetivo de la guerra

Gtresonline

La imagen dio la vuelta al mundo. El 9 de abril de 2003, hace casi 10 años, el soldado Edward Chin fue el objetivo de todas las cámaras de televisión cuando colocó una cuerda alrededor del cuello de una gigantesca estatua de Sadam Husein en Bagdad. Las fuerzas estadounidenses derribaron poco después la estatua y Chin se abrió un pequeño hueco en la historia, por ser el centro de aquella simbólica imagen.

Pero ahora, diez años después de la invasión de Irak, Chin, nacido en Brooklyn, reconoce en el New York Daily News que tiene dudas sobre aquella operación y del propósito de la guerra. "¿Para qué fuimos allí? Realmente no buscábamos armas de destrucción masiva", reconoce en unas declaraciones que recoge The Huffington Post. "Como soldados solo hacemos nuestro trabajo. Vamos donde se nos dice y esperamos que nuestros líderes tomen las decisiones correctas", añade.

Ahora, Chin se muestra preocupado sobre el futuro "turbulento" hacia el que se dirige el pueblo iraquí. "Siento que realmente no saben lo que quieren. No querían a Sadam en el poder, pero parece que tampoco quieren la democracia", afirma.

Chin no es el único veterano de Irak que ha expresado su escepticismo sobre el papel que Estados Unidos jugó en la guerra. Tomas Young, que recibió un disparo unos días después de su primer despliegue en Irak en 2004, ha expresado sin reservas su oposición a la intervención militar. La semana pasada, sin ir más lejos, escribió una carta al expresidente George W. Bush.

"No escribo esta carta porque comprenda las terribles consecuencia humanas y morales de sus mentiras, manipulación y sed de riqueza y poder, sino porque quiero dejar claro que yo, y cientos de miles de mis compañeros veteranos, junto con millones de ciudadanos, sabemos quién eres y qué has hecho. Puedes evadir la justicia, pero a nuestros ojos eres culpable de graves crímenes de guerra, saqueo y asesinato, incluyendo el de miles de jóvenes norteamericanos cuyo futuro robaste", dice en la carta.

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Soy subdirector en El HuffPost España. Junto a todo el equipo, trato de que el medio conserve la esencia que le caracteriza desde su fundación: escuchar a la gente, no importa desde donde nos lea, apostando siempre por nuevos formatos y por el contenido que demanda la calle, tratado siempre con la máxima rigurosidad.

 

Sobre qué temas escribo

Me centro en virales, cultura digital y tendencias sociales, con especial atención a cómo ciertos fenómenos aparentemente ligeros abren la puerta a debates más profundos. Por ejemplo, el reportaje con el que se dio a conocer Alfredo Corell: “La charla de un profesor de universidad que puso en pie a todo un auditorio”. En aquella época, Corell era un desconocido para el gran público, pero a partir de ese artículo, que tuvo cientos de miles de lectores, su popularidad fue creciendo hasta convertirse en uno de los científicos más respetados de España, con galardones como el I Premio CSIC-Fundación BBVA de Comunicación Científica.

 

Mi trayectoria

Nací en Valladolid, estudié Periodismo en la Universidad de esa misma ciudad y fui becario en 'El Día de Valladolid'. Luego dejé mi tierra para cursar el Máster de Periodismo de la Universidad Autónoma de Madrid y trabajé un año en 'El País' antes de entrar a formar parte en 2012 del equipo de 'El HuffPost España'. Aquí he sido redactor de hard news, responsable de fin de semana, jefe de la sección de virales y, ahora, subdirector. Entre medias, durante un año fui jefe de redes sociales y multidistribución de contenidos en 'Los40'.

 

Una de mis aficiones es escribir ficción y he sido finalista en dos concursos literarios: el I Concurso de Microrrelatos 5’ y el Premio Internacional de Microtextos Garzón Céspedes.

 


 

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