Marion Cotillard y Michael Fassbender, las estrellas de cine perfectas en Cannes

Marion Cotillard y Michael Fassbender, las estrellas de cine perfectas en Cannes

Hay gente en la industria del cine como Marion Cotillard y Michael Fassbender que se ganan el cheque, por muchos ceros que tenga. Tan pronto lucen impecables en la alfombra roja, atrayendo una impagable atención mediática a sus proyectos; actúan de imán para la taquilla, para elevar con su sola presencia las posibilidades comerciales de las películas en las que aparecen; o demuestran efectividad interpretativa cuando las ambiciones artísticas de sus directores así lo exigen. En ocasiones logran las tres cosas a la vez, como en el Macbeth que acaban de presentar en la jornada final del Festival de Cine de Cannes, donde ejecutan con virtuosismo una compleja aproximación a Shakespeare del australiano Justin Kurzel.

El director que se encarga de este nuevo Macbeth despuntó hace cuatro años con un thriller de enorme carga de angustia y violencia titulado Snowtown. Ambos factores se mantienen en esta pieza teatral convertida en experiencia cinematográfica de enorme fuerza visual y rodada en los grises paisajes de Escocia. Además de su estética, construida por el mismo director de fotografía de la serie True detective (Adam Arkapaw), destaca en la cinta el diferente punto de vista con el que el director trata a sus dos famosos protagonistas. La película, que Kurzel define como “bella y trágica historia de amor”, comienza con el entierro del hijo de corta edad de la pareja. A partir de ese momento se dota al matrimonio de más debilidades de las habituales, alejándolos en parte del tópico simplificado que se tiene de ellos cuando se recurre a ellos fuera de las páginas de Shakespeare.

“Es una historia que intimida y los personajes también -ha dicho Marion Cotillard ante la prensa-. Nunca había estado tan asustada interpretando una película”. La actriz francesa generó una riada de premios al meterse con éxito en la piel de un icono torturado como Edith Piaf, pero, asegura, en esta cinta es la primera vez que le cuesta entrar en el personaje”.

¿Cómo se mentaliza un actor, por muy profesional que sea, para rodearse de una violencia tan brutal como la que se muestra en la película?, se preguntan en la sala de prensa. “Me he topado con esta obra en otras ocasiones en mi vida. La primera vez en el instituto y la segunda en la escuela de interpretación. Pero hasta ahora no se me había ocurrido que el personaje está sufriendo un síndrome de desorden postraumático”, contesta Michael Fassbender. Esta dolencia psicológica, propia de los soldados tras una experiencia bélica y de los padres que pierden a sus hijos, fue una de las primeras ideas que el cineasta australiano propuso al actor cuando comenzaron a perfilar el proyecto.

Kurzel toma el testigo de Orson Welles y Roman Polanski, entre otros, adaptando Macbeth. Parte de la crítica considera su propuesta como una aproximación portentosa de este clásico literario, muchos otros la consideran una narración plúmbea y fallida. En lo que coinciden casi todos es en el gran trabajo de Cotillard y Fassbender. El trío va a tardar apenas unos meses en reencontrarse, ya que el próximo largometraje del director, Assasin’s Creed, volverá a contar con la pareja protagonista de Macbeth.

  5c8ab0f9360000c81a6be340

Ve a nuestra portada

  5c8ab0f9230000dd04238561

Síguenos en Facebook

  5c8ab0f9250000e203c9769a

Síguenos en Twitter

MOSTRAR BIOGRAFíA

Soy redactora centrada en Global y trato de contar el mundo de forma didáctica y crítica, con especial atención a los conflictos armados y las violaciones de derechos humanos.

 

Sobre qué temas escribo

Mi labor es diversa, como diverso es el planeta, así que salto de Oriente Medio a Estados Unidos, pero siempre con el mismo interés: tratar de entender quién y cómo manda en el siglo XXI y cómo afectan sus decisiones a la ciudadanía. Nunca hemos tenido tantos recursos, nunca hemos tenido tanto conocimiento, pero no llegan ni las reformas ni la convivencia prometidas. Las injusticias siempre hay que denunciarlas y para eso le damos a la tecla.

 

También tengo un especial empeño en la actualidad europea, que es la que nos condiciona el día a día, y trato de acercar sus novedades desde Bruselas. En esta ciudad y en este momento, la defensa es otra de las materias que más me ocupan y preocupan.

 

Mi trayectoria

Nací en Albacete en 1980 pero mis raíces son sevillanas. Estudié Periodismo en la Universidad de Sevilla, donde también me hice especialista en Comunicación Institucional y Defensa. Trabajé nueve años en El Correo de Andalucía escribiendo de política regional y salté al gabinete de la Secretaría de Estado de Defensa, en Madrid. En 2010 me marché como freelance (autónoma) a Jerusalén, donde fui corresponsal durante cinco años, trabajando para medios como la Cadena SER, El País o Canal Sur TV.

 

En 2015 me incorporé al Huff, pasando por las secciones de Fin de Semana y Hard News, siempre centrada en la información internacional, pero con brochazos de memoria histórica o crisis climática. El motor siempre es el mismo y lo resumió Martha Gellhorn, maestra de corresponsales: "Tiro piedras sobre un estanque. No sé qué efecto producen, pero al menos yo tiro piedras". Es lo que nos queda cuando nuestras armas son el ordenador y las palabras: contarlo. 

 

Sí, soy un poco intensa con el oficio periodístico y me preocupan sus condiciones, por eso he formado parte durante unos años de la junta directiva de la ONG Reporteros Sin Fronteras (RSF) España. Como también adoro la fotografía, escribí  'El viaje andaluz de Robert Capa'. Tuve el honor de recibir el XXIII Premio de la Comunicación Asociación de la Prensa de Sevilla por mi trabajo en Israel y Palestina y una mención especial en los Andalucía de Periodismo de la Junta de Andalucía (2007). He sido jurado del IV Premio Internacional de Periodismo ‘Manuel Chaves Nogales’.

 

 


 

Cómo contactar conmigo: