¿Por qué nos duele el pecho antes de la regla?

¿Por qué nos duele el pecho antes de la regla?

Pain of the breastFaba-Photograhpy via Getty Images

Si eres una mujer en edad fértil y nunca has experimentado el dolor de pecho antes de la regla, ve a comprar un cupón de la lotería. Obviamente, o tienes mucha suerte o eres de las pocas que no lo sufren.

Para el resto, ese aumento de sensibilidad, ese dolor palpitante y esa sensación de presión resultan familiares. Y es lo peor.

¿Por qué el pecho se convierte en nuestro peor enemigo? ¿Se puede hacer algo para aliviar esa sensación?

Como todo lo relacionado con la menstruación, la culpa del dolor en el pecho la tienen las hormonas, explica la doctora Judith Reddrop, que trabaja en el centro médico Women's Wellbeing de Brisbane (Australia), al HuffPost Australia.

"Se debe a las fluctuaciones hormonales que tienen lugar durante el ciclo menstrual", cuenta Reddrop. "Los niveles de estrógenos llegan a su punto más alto hacia la mitad del ciclo, y la progesterona alcanza sus niveles más altos la semana siguiente".

"No es cómodo pero hay una causa biológica. Además demuestra que las hormonas funcionan a la perfección".

"Aparentemente, estas dos hormonas tienen unos niveles muy altos en la segunda mitad del ciclo. Es como si hubiera una fiesta de hormonas en el pecho. Además, el pecho se ve más afectado porque tiene receptores de estrógenos y progesterona, por lo que estas hormonas 'se ceban' con él", prosigue.

Si te preguntas cómo afectan los estrógenos y la progesterona a tus pechos (si es que no lo sabes ya), aquí está la respuesta: provocan hinchazón e inflamación, hacen que estén más sensibles e incluso que aparezcan bultos.

"No resulta cómodo, pero hay una causa biológica detrás de todo esto. Además, demuestra que las hormonas funcionan a la perfección", apunta la doctora.

¿Qué se puede hacer para reducir estas molestias? Reddrop da algunas recomendaciones (aparte de ponerse una bolsa de agua caliente y comer helado a cucharadas, que eso también ayuda):

  • "Existen factores tan obvios como importantes, como tener un sujetador de la talla adecuada o ponerse un sujetador deportivo a la hora de hacer ejercicio".
  • "Lo que mucha gente no sabe es que hacer deporte la semana anterior a la menstruación parece servir de ayuda. También está bien evitar ingerir cafeína, ya que suele agravar los síntomas".
  • "Abusar de la sal en la dieta puede traducirse en retención de líquidos, lo cual empeoraría la inflamación".

En cuanto a los remedios médicos, Reddrop sugiere:

  • Tomar vitaminas B1 y B6 (entre 50 y 100 mg al día) y aceite de onagra; la experta aconseja tomar este aceite durante todo el ciclo si los síntomas del síndrome premenstrual son muy agudos. "Las vitaminas B1 y B6 ayudan en la producción de las hormonas sexuales. El aceite de onagra funciona mejor si se toma de forma ininterrumpida (la dosis recomendada es de entre 1000 y 2000 mg al día)", señala Reddrop.
  • "Cuando estás dolorida, un antiinflamatorio también puede ayudar".
  • "Si los síntomas son muy molestos, lo mejor será consultar con un especialista la posibilidad de tomar la píldora anticonceptiva, ya que interrumpirá la ovulación y ayudará a que se estabilicen las hormonas".

Para concluir, Reddrop recuerda que los bultos que aparecen las semanas anteriores a la regla no deben ser motivo de preocupación. En cualquier caso, puedes revisarte el pecho cuando la menstruación haya acabado.

"No aconsejo revisarlo antes porque en ese momento el pecho está sufriendo los estragos de las hormonas y puede dar la sensación de que tiene muchos bultos. No hay que alarmarse. Lo mejor es esperar a revisarlo después de que acabe la menstruación, cuando todo está más tranquilo, por decirlo de alguna manera", explica Reddrop.

"Por supuesto, si ocurre algo poco común, como que un pezón sangre o supure, lo que hay que hacer es acudir al médico lo antes posible". Pero, en principio, "una vez que empieza la menstruación, el pecho dejará de doler y de estar hinchado", tranquiliza la doctora.

Este artículo fue publicado originalmente en la edición australiana de 'The Huffington Post' y ha sido traducido del inglés por Irene de Andrés Armenteros.