Uno de los retos actuales para los servicios de ginecología y obstetricia es mejorar la capacidad de predicción del éxito de una inducción al parto. Encarar este reto es posible si aplicamos técnicas de aprendizaje automático y big data a los datos en salud.
¿Cuál es la diferencia entre un hombre adulto que decide que no quiere procrear y una mujer que toma la misma decisión? ¿Por qué no puedo ser yo quien decida qué es lo mejor para mí? Y, ¿por qué me seguían obligando a adaptarme a la definición social de mujer?