Celtas Cortos: "Aquí no cambia nada y lo que podía cambiar se está resquebrajando"

Celtas Cortos: "Aquí no cambia nada y lo que podía cambiar se está resquebrajando"

El 20 de abril sigue siendo su día.

Goyo Yeves, Jesús Cifuentes y Alberto García, componentes de Celtas Cortos.CELTAS CORTOS

Esta historia comienza en un instituto de barrio a mediados de los años ochenta. Allí, en el IES Delicias de "Pucela capital", un grupo de cinco jóvenes comenzaron a tocar para divertirse, como una actividad extraescolar. Después, y ya convertidos en Celtas Cortos, aquellos muchachos compusieron algunas de las canciones más tarareadas de los últimos años:20 de abril; Tranquilo, majete; La senda del tiempo o Cuéntame un cuento.

Este año cumplen 30 años y para celebrarlo han publicado un disco en directo, In Crescendo. La fiesta incluye un concierto en la sala Joy Eslava Madrid en la fecha más señalada: el 20 de abril. Un momento, dicen ellos, para celebrar y mirarse a los ojos. Allí se verán un poco más crecidos aquellos chicos que corrían por Las Delicias, el barrio obrero de Valladolid en el que crecieron y se conocieron.

Goyo Yeves, saxo del grupo y uno de los componentes que estuvo desde el principio, cuenta a El Huffington Post cómo se ha transformado su vida y la sociedad en estas tres décadas de carrera.

¿Qué ha cambiado en vosotros en estos 30 años? ¿Qué queda de aquellos chicos de barrio?

Con la edad todos vamos cambiando y adaptándonos a las circunstancias. Pero tampoco creo que hayamos cambiado tanto. Seguimos viviendo en Valladolid, aunque no todos en ese barrio, y mantenemos nuestro círculo de amistad. No estamos todos los que empezamos, pero somos amigos y eso es muy importante para seguir trabajando, ententiéndonos y aguantando la convivencia.

¿Y el panorama musical? ¿Cómo ha cambiado en estos 30 años?

En la década de los 90 todo fueron bondades para la venta de discos. Pero eso cambió mucho a partir del año 2000 y la entrada de internet. No sé si es mejor o peor. Yo creo que es diferente y lo importante es adaptarse, saber usar la maravillosa herramienta que es internet y las redes sociales para llegar a que la gente te escuche en cualquier parte del mundo, que eso antes era imposible. La industria del disco está hundida, es evidente, pero los músicos ya sabemos que lo que necesitamos es hacer conciertos en directo y eso nunca nos ha faltado. El panorama sigue igual con otros ingredientes.

Decía M-Clan en una entrevista con El Huffington Postque "ni Spotify ni iTunes pagan una mierda". Si las ventas de CD son cada vez menores. ¿De qué viven los músicos? ¿Sólo del directo?

Por supuesto. Pero es que siempre ha sido así. Aunque vendieras muchos discos, nosotros no hemos recibido nunca una cantidad para decir: 'Me quedo en casa'. Pero ni muchísimo menos. No entiendo muy bien. ¿Que no te llega nada de Spotify? Pues bueno, seguramente eso habría que regularlo de otra manera, no digo que no. Pero, de verdad, que por lo que tenemos que luchar es por defender nuestra música en directo. No sólo porque lo necesitemos para vivir, sino porque esa es la esencia de esta profesión. La música sin directo se queda descafeinada.

Como la cultura está relacionada con un sector más crítico de la sociedad, cuanto más arrinconados estemos, mejor

¿La cultura está mejor o peor tratada ahora que hace 30 años?

Nunca ha estado bien tratada y ahora está peor. El tipo de gobiernos que estamos teniendo no ven a la cultura como algo que hay que cuidar o potenciar. Simplemente está ahí y que no haga mucho ruido. Antes no es que estuviera bien, porque en España nos queda mucho por avanzar. En otros lugares no es así.

¿Y por qué aquí no se trata bien a la cultura?

Habría que preguntárselo a quienes no la cuidan. No lo entiendo porque a todos nos gusta la música, sea de un tipo o de otro, u otras partes de la cultura. Es una necesidad del ser humano. Puedo entender que es por la parcela crítica o de rabia que siempre tiene la cultura. Que hay una ideología de fondo. Pero entonces, ¿qué pasa? ¿Estamos cortando la libertad de expresión? Pues a lo mejor se trata de eso. La cultura está relacionada con un sector más crítico de la sociedad, así que cuanto más arrinconados estemos, mejor. Supongo que irán por ahí los tiros. ¡Menudos avances!

Decíais hace poco que sois supervivientes de una generación que se gestó con el puño levantado. Ese gesto lo está haciendo últimamente mucha gente y muy distinta. ¿Qué significado tiene ahora?

Creo que siempre es el mismo. Un puño levantado supone el inconformismo, luchar, rebelarte ante las cosas que consideras injustas o que deben mejorar. Con el 15M y todo lo que parecía que estaba cambiando, nos espezáramos un poco en que había un movimiento ciudadano en contra de estas políticas que no avanzan, que sólo miran la macroeconomía y nos dejan a los seres humanos un poco abandonados. Entonces nos volvimos a ilusionar, pero ya ves lo que está pasando. Aquí no cambia nada y lo que parece que podía cambiar se está resquebrajando también. Hay que insistir porque si no gritas no te oyen.

Dices que lo que podía cambiar se está resquebrajando. ¿Hablas de lo que ha pasado en Podemos en los últimos meses?

Sí porque Podemos parece que es una representación que ha llegado a la política pero que viene de esa rebeldía ciudadana, de ese puño levantado en la calle. Yo no me quiero ligar a ningún signo político porque me siento muy defraudado por todos. No se trata de eso, sino de cómo los movimientos ciudadanos pueden llegar a cierta parcela de poder y cambiar las cosas. Eso vemos que es posible, no que haya sido posible. Por eso, me gustaría animar a todo el mundo a luchar por cambiar las cosas porque entre todos sí que se puede.

La letra de 'Tranquilo majete' la hemos ido actualizando: hemos pasado por cuatro y por cinco millones de parados

En alguna entrevista decíais que estáis obligados a ser espejo de lo que veis y de lo que os duele. ¿Qué veis y qué os duele?

Hay una palabra: desigualdad. Una desigualdad que cada vez se hace más notable. Esa especie de clase media que íbamos logrando entre todos se está desgajando. El otro día oí que uno de cada tres niños vive en España por debajo del umbral de pobreza. Alucino con que en este país nos esté pasando esto. No me lo explico. Sólo se mira la economía y no nos deben gobernar así porque pasan por encima del ser humano a costa de su dignidad.

La letra de la canción Tranquilo Majetees de 1993. Pero parece actual...

Era reflejo de una situación de ese momento. Lo triste es que, cambiando algunos datos, la situación sea igual o peor. La letra habla de tres millones de parados y en los directos lo hemos ido actualizando y hemos pasado por cuatro y por cinco millones. No nos gustaría que ese tema siguiera de actualidad, pero me temo que sí.

¿Por qué la situación no cambia?

Porque hay demasiado conformismo o demasiado miedo a rebelarse. O también por la sensación de que uno no tiene poder para cambiar las cosas. Yo creo que no es así, pero hace falta unión y tirar todos en la misma dirección. Que quizá sea lo más difícil. Pero yo tengo esperanza en que las cosas cambien. Nosotros, desde nuestra pequeña parcela de poder de hacer canciones y subirnos a un escenario, seguiremos insistiendo en que la gente piense y alce la voz.

¿Una canción puede ayudar a cambiar el mundo?

Sí. Desde luego no es la única cosa, pero puede ayudar. Y así ha sido a lo largo de la historia de la música. Desde la canción protesta al rock and roll, que es básicamente un medio de decir las cosas para llegar a la gente y que más de uno piense. Todo eso aderezado con música e instrumento, pero los textos son muy importantes. Nosotros pensamos desde el principio que era importante que las letras tuvieran contenido. Que no fueran plástico, que fueran una extensión de lo que nos preocupa.

El 20 de abril es una fecha de la que, en nuestro interior, tampoco nos acordamos muy bien ese día

¿Cómo ha cambiado vuestra ciudad, Valladolid, tras la marcha del polémico alcalde Javier León de la Riva?

Se nota que esto está cambiando. Hemos tenido la suerte de haber sido pregoneros el año en que entró el alcalde nuevo [el socialista Óscar Puente] y a raíz de eso hemos tenido algún contacto más con él. La forma de tratarte, las maneras... es más natural, más normal. Es una persona más normal. En el otro notaba mucha prepotencia, mucho mirar por encima del hombro.

El 20 de abril tocaréis en la Joy Eslava de Madrid. La fecha no parece casualidad...

Parece que no es una casualidad. Pero curiosamente creo que muy pocas veces hemos tocado un 20 de abril. Todo el mundo se acuerda de nosotros ese día y tenemos más presencia mediática porque esa fecha ya se nos asocia de una manera automática. Pero no recuerdo haber tocado muchos 20 de abril.

¿Cómo es un 20 de abril en vuestras vidas? ¿Os echa humo WhatsApp?

Es una fecha de la que, en nuestro interior, tampoco nos acordamos muy bien ese día. No pensamos: 'Uy, que va a llegar el 20 de abril. ¡Prepárate!'. No, es al revés. Nos llega desde fuera. Bienvenido sea. Yo lo entiendo. Es un tema que ya nos abandera y que forma parte de la historia de la música de este país. Y orgullosos de que sea así.

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Rodrigo Carretero es Traffic Editor Manager en 'El HuffPost' y trabaja desde Madrid. Licenciado en Periodismo por la Universidad de Valladolid y Máster en Periodismo por la Universidad Autónoma de Madrid, ha trabajado en 'El Día de Valladolid', en 'El País' y en las radios musicales del grupo Prisa. Puedes contactar con él en rodrigo.carretero@elhuffpost.es