Cathy Claret, la cantante 'mainstream' en Japón ignorada en España

Cathy Claret, la cantante 'mainstream' en Japón ignorada en España

Nacida en Francia y afincada en Barcelona, visitó este martes a Buenafuente en 'Late Motiv'.

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Solita por el mundo, como dice su canción, ha hecho camino Cathy Claret. La cantante nacida en Nimes (Francia) ha pasado gran parte de su vida en España, está afincada en Barcelona y, sin saberlo, es toda una estrella en Japón desde los veinte años. Lo ha contado este martes en Late Motiv (Movistar+), recién llegada desde el país asiático, donde ha presentado su disco.

Buenafuente no ha podido evitar acordarse del protagonista de la película documental Searching for Sugar Man (2012): Sixto Rodríguez, un músico americano que se convirtió en un icono de la libertad en la Sudáfrica del Apartheid, aunque él lo ignoraba.

Su parecido físico con Duffy no pasa desapercibido, pero su estilo es bastante distinto. Cathy Claret podría definirse como autodidacta y cantante de culto para los seguidores de la fusión flamenca. De hecho, bandas como Nouvelle Vague o el músico Finley Quaye han declarado estar influenciados por su sonido.

Su relato, tras 27 años sobre los escenarios, tiene cierto parecido al de Sixto Rodríguez. "Es la misma historia. Yo aquí mandando maquetas e intentándolo en festivales y nadie me quería, y en Japón soy número uno de ventas, sueno en todas las FM y en las líneas aéreas con los Rolling Stones y Avril Lavigne", ha relatado la cantante en el programa de Buenafuente, en el que ha recibido un consejo del presentador: "Hazte una camiseta con el lema 'Yo soy muy famosa en Japón".

Cathy Claret se quedó huérfana cuando era niña, por lo que la etnia gitana le acogió. "Mi padre era muy brillante, pero tenía problemas. Yo estaba sola. Los gitanos son mi familia. Me han visto tan sola que me han acogido", ha explicado a Buenafuente, contenta de tener familia en todas partes. "Como los gitanos viven en el sur de Francia, en Sevilla y en Barcelona tengo una tribu más que una familia. Familia por todos lados", ha asegurado la artista, que ha compuesto canciones para Raimundo Amador (Bolloré), Kiko Veneno (Esperanza) y B.B. King (versión Bolleré), entre otros artistas.

La diva de los susurros

La diva de los susurros, como se le conoce en Japón, relaciona su falta de éxito en España con el machismo. De hecho, a sus veinte años hizo "un disco muy reconocido, aunque aquí no lo fue". "Yo producía y componía, e inventé un sonido muy precursor", ha contado, aunque como la veían "aniñada" pensaban que había un gran equipo de letristas y productores detrás: "Pero en realidad yo hacía todo. Tocaba el bajo, grabé la maqueta, producía el sonido... Fue todo un hit en Japón".

Cuando intentó triunfar en España en sus inicios, la catalogaron de "rebelde" por "hacer todo". "En lugar de ser una virtud me decían que estaba sola, y me querían poner un compositor". Sin embargo, a la francesa lo que le gustaba era crear su propio sonido, porque "tenía mucha pena y lo expresaba a través de su canción", por ello carecía de sentido cantar otros temas. "Me negaron el contrato porque en la época no molaba. Si hubiera sido un chico habrían dicho 'ah, mira, hace todo, qué guay'. Pero como era una chica era una rompehuevos", ha relatado.

Y mientras Cathy Claret era todo un fenómeno de masas en el país asiático, la cantante era ajena a su propio éxito, porque cuando empezó su boom no existían las redes sociales. "Me he enterado ahora. Mi primer disco estaba encabezando las listas de ventas. Después he pasado bastantes fatigas porque nunca dejé la música, intenté vivir de ella, pero en España, que cuesta mucho más".

Recién llegada de Japón, Claret todavía tiene metido en el cuerpo el efecto del "subidón", porque el destino le está mandando cosas increíbles. "Alucino pepinos. Mi nuevo disco ha salido hace dos semanas allí y está en el top ventas", ha dicho mientras Buenafuente mostraba la edición japonesa del CD.

La música de la diva de los susurros "ha conectado" en el Pacífico. "Era toda una corriente en el pop japonés. Yo era una referente de todos los cantantes. Es surrealista totalmente", ha explicado entre risas. De hecho, los japoneses siempre le han asociado con Jeanette, por "el susurro" y la mezcla de francés y flamenco que "fascinó" a sus fans.

"Tocaba el bajo, la flauta travesera, la guitarra, hacía mis experimentos, componía y envié mi voz a muchas discográficas para aportar mi voz a otros cantantes", ha relatado Claret, que aún vive asombrada ante el éxito del que goza: "Me buscaron en todas partes por la voz, y yo flipando diciendo 'pero si yo no sé cantar, solo he puesto la voz susurrada".

La francesa se siente desplazada de alguna forma en España, aunque ahora se mueve en los mismos círculos que sus amigas Rossy de Palma o Bebe, pero en Japón "soy mainstream", ha bromeado.

Aun así, Cathy Claret no es ni de Francia, ni de España, ni de Japón. De hecho, no sabe qué responder cuando le preguntan sobre esta cuestión. "He vivido en tantos sitios... Soy gipsy francesa. Soy ciudadana del mundo, aunque es muy cursi".