Palabras que resucitan en Semana Santa y otras notas lingüísticas
Parihuela, hachón, simpecado, contraguía, cíngulo... son solo algunas de las muchas palabras que permanecen moribundas o, mejor dicho, agazapadas durante gran parte del año, bajo la lengua general, esperando para resucitar cuando se las necesita.
Parihuela, hachón, simpecado, contraguía, cíngulo... son solo algunas de las muchas palabras que permanecen moribundas o, mejor dicho, agazapadas durante gran parte del año, bajo la lengua general, esperando para resucitar cuando se las necesita.
El momento es la Semana Santa, una festividad que en nuestro país y en otros muchos de tradición cristiana lleva consigo una procesión de términos y expresiones propias que apenas tienen uso los días previos y, prácticamente nunca, después.
Una jerga especializada, con sus tecnicismos, que las distintas hermandades y los seguidores de esta festividad guardan y mantienen con vida. Los periodistas las rescatan y las sacan a la luz en las crónicas y noticias que difunden los medios de comunicación.
En la Fundación del Español Urgente las hemos reunido en un documento que puede descargarse desde nuestra página y en el que podremos averiguar, por ejemplo, que Cuaresma procede de la expresión latina quadragesĭma dies, 'día cuadragésimo', por la duración de cuarenta días, tal como indica el Breve diccionario etimológico de la lengua castellana de Corominas.
También, que la parihuela es la estructura sobre la que se disponen los elementos que componen un paso; el hachón es cada uno de los cuatro cirios que, por regla general, están situados en las esquinas del paso; el simpecado es la 'insignia que en las procesiones sevillanas abre marcha en la sección de cofradías de la Virgen, y que ostenta el lema sine labe concepta'; que un contraguía es el ayudante del capataz de los costaleros, y que el cíngulo es el cordón con el que los nazarenos atan sus túnicas.
Además, hemos dedicado una nota para aclarar los usos, siempre dudosos, de las mayúsculas y las minúsculas en las denominaciones propias de esta festividad, como Pascua, Viernes de Dolores, Domingo de Ramos, Jueves Santo... Sin olvidar el nombre de los pasos, imágenes y cofradías o términos religiosos como vigilia, eucaristía, misa, liturgia de la palabra, confesión, comunión o procesión.
Ilustración: @MoxParadox.
En las demás recomendaciones de esta semana hemos abordado diferentes cuestiones relacionadas con el léxico y la gramática, como traducciones inapropiadas, formaciones confusas del plural, el género de algunos sustantivos y el significado preciso de términos económicos:
El término wifi se emplea tanto en masculino como en femenino, en función del sustantivo al que haga referencia: la (zona) wifi o el (sistema) wifi.
El Diccionario del español actual, de Seco, Andrés y Ramos, señala que el sustantivo wifi es tanto masculino como femenino, por lo que son correctas frases que se encuentran en los medios de comunicación como «La wifi es una tecnología mucho más barata» o «El wifi se convertiría en una realidad en todas las áreas metropolitanas».
La palabra milmillonario es la adecuada para referirse en español a lo que en el inglés de los Estados Unidos se conoce como billionaire, ya que alude a personas cuya fortuna es superior a los mil millones de dólares, libras, euros u otra moneda.
Milmillonario especifica que se poseen más de mil millones, a diferencia de multimillonario ('extraordinariamente acaudalado'), que es un término genérico.
La confusión apareció en las noticias sobre la publicación en la revista Forbes de la lista de las personas más ricas del mundo, en la que ingresan las fortunas que superan los mil millones.
Este error se debe al traducir la expresión del inglés norteamericano one billion por la española un billón, cuando se trata de cantidades muy diferentes. One billion es 1 000 000 000, una cifra que en español es un millardo, o más comúnmente, mil millones, mientras que un billón en español es 1 000 000 000 000, es decir, un millón de millones.
La palabra quita, frecuente en el vocabulario económico, alude a la cancelación total o parcial de una deuda que hace el acreedor al deudor.
Sin embargo, con motivo del acuerdo alcanzado entre la eurozona y el Gobierno de Chipre para el rescate financiero de ese país es frecuente ver en los medios la palabra quita aplicada a una de las medidas incluidas en ese pacto, cuando en realidad se trata de la imposición de un gravamen o impuesto especial sobre los depósitos bancarios.
En este tipo de expresiones formadas por dos sustantivos que se escriben separados, la Gramática española señala que siempre es correcto indicar el plural solo en el primero (años luz, ciudades dormitorio, hombres rana).
Sin embargo, algunos de estos compuestos admiten también el plural en el segundo sustantivo (Estados miembro/Estados miembros, niños soldado/niños soldados), casos estos en los que a menudo puede intercalarse el verbo ser: los Estados son miembros, pero los hombres no son ranas ni los riesgos son países.