¿De Guatemala a Guatepeor? La 'low cost' con multas pendientes que busca el sitio de Ryanair en España
La aerolínea húngara quiere cubrir las rutas que Ryanair abandona por las tasas que tiene Aena, justo cuando Consumo la investiga por cobrar maletas de cabina y otras prácticas consideradas abusivas.
Si pensabas que con la retirada parcial de Ryanair ibas a librarte de pagar por tu maleta de cabina, sentimos aguarte el vuelo: la aerolínea que quiere ocupar su lugar en España tampoco despega libre de polémicas. Wizz Air, compañía húngara de bajo coste, ha confirmado este miércoles que está estudiando ampliar operaciones en el país tras el recorte de casi 1,8 millones de plazas que Ryanair ha dejado entre este verano e invierno.
La compañía irlandesa lleva meses acusando a Aena de cobrar tarifas “abusivas” y ha decidido que no le compensa mantener parte de su red en España. El tijeretazo afecta a casi 1,8 millones de plazas entre verano e invierno y se traduce en la cancelación de vuelos en Vigo y Tenerife Norte, recortes en Asturias, Santander, Zaragoza y Canarias, además de la retirada en aeropuertos regionales como Jerez o Valladolid. Según la empresa, con esos costes los números no salen.
La aerolínea irlandesa ha recortado capacidad en aeropuertos clave y, si nadie asume esas rutas, la capacidad aérea en España se reducirá un 16%. En ese contexto, Wizz Air aparece como aspirante al trono. “Queremos quedarnos y queremos crecer en España”, ha afirmado su director de Comunicación, Andras Rado, defendiendo además que las tarifas de Aena son “competitivas”, en contraste con las quejas de Ryanair. Traducido: ven negocio donde la irlandesa dice que solo hay abuso.
El expediente de Consumo
Mientras tanto, Consumo ha confirmado que Wizz Air es la sexta aerolínea investigada por prácticas abusivas. El expediente abierto en julio podría traducirse en sanciones de hasta un millón de euros —o seis veces el beneficio obtenido— si se considera que las infracciones son “muy graves”.
En el caso concreto de Wizz Air, se analiza el cobro del equipaje de mano, los sobrecostes por reservar asientos contiguos a menores o personas dependientes (algo que la compañía niega), y la falta de transparencia en los precios. La investigación se prolongará durante nueve meses y no implica sanción automática, pero sí añade una sombra incómoda justo cuando la empresa quiere presentarse como la salvadora del pasaje español.
Un debate que vuela alto en Europa
El lío no es solo español. Ya en 2023 Consumo multó a Ryanair, Vueling, easyJet, Norwegian y Volotea, sanciones que las aerolíneas recurrieron ante la Justicia y que incluso han acabado bajo revisión en Bruselas. La Comisión Europea abrió en enero un expediente preliminar contra España y, en mayo, la organización de Consumidores Europeos pidió una investigación a escala continental.
Mientras tanto, las aerolíneas se defienden asegurando que el cobro por la maleta de cabina es “perfectamente legal” según la normativa europea y que en aviones modernos como los Airbus 321neo —los de Wizz Air— ni siquiera hay espacio físico para un trolley por pasajero.
Así que ya lo sabes: se va Ryanair, pero puede que no se vayan las sorpresas en la factura final de tu vuelo. La low cost húngara se prepara para ocupar su hueco en España, aunque el billete venga acompañado de un aviso en letra pequeña.