El buque insignia alemán hace aguas: por qué el motor económico de Europa se ha gripado
El PIB de Alemania cae a niveles de 2016 y el desempleo alcanza cifras propias de 2015. El canciller Friedrich Merz dice que el estado de bienestar no es sostenible. Los expertos avisan de que está "en crisis" y temen el contagio a toda Europa.

El motor económico de Europa se ha gripado. El buque insignia que representaba aquel modelo de Alemania en los años de la crisis de 2008 está haciendo aguas por casi todos los lados. El PIB de 2024 regresó a datos de 2016 y la cifra de personas desempleadas ha crecido hasta los tres millones de parados, números que no se lograban desde 2015.
Un quién te ha visto y quién te ve, de manual. La situación de la economía germana se encuentra en serios problemas y ello se refleja en el mensaje que su canciller, Friedrich Merz, trasladó hace unos días sobre el estado de bienestar, asegurando que es "insostenible".
La mayor economía de Europa cerró 2024 igual que 2023, con una contracción ligera, una crisis de la industria y una recesión y estancamiento que ha mantenido durante dos años consecutivos, algo que sólo había experimentado entre los años 2002 y 2003, aunque- en aquella ocasión- lo hizo con un paro disparado.
Pero la situación no es para nada positiva. Los expertos hablan de que se trata de una situación "preocupante" para el continente y que el motor económico "ahora está más desplazado hacia España" porque es el país "que más está creciendo".
Una recesión estancada
Uno de los países más afectados por los efectos de la guerra en Ucrania fue Alemania. De la noche a la mañana, la operación llevada a cabo por Vladimir Putin trastocó por completo las necesidades energéticas del país.
El país germano, envuelto junto a Bruselas en numerosas sanciones contra el Kremlin, comenzó a limitar su dependencia del gas ruso. Antes de 2022, año en el que empezó la ofensiva rusa, Alemania dependía de esta energía para el 55% de su consumo.
Con el objetivo de diversificarlo, comenzó a comprar gas natural licuado (GNL), pero pese a haber aguantado ese envite ruso, sigue teniendo una dependencia energética que todavía no ha logrado resolver.
En mayo de 2023, Alemania entró en recesión técnica -tras sufrir dos caídas trimestrales consecutivas del PIB-. La fuerte inflación remató unos planes cada vez más complicados para el motor europeo. En el primer trimestre de 2023, repitió el mismo escenario que en el último trimestre de 2022 y volvió a sufrir una contracción, en ese caso del 0,3%.
Pero esa situación no ha cambiado el escenario en los últimos meses. Pese a no registrar caídas, la principal economía de la Unión Europea ha pasado al estancamiento. Ahí están los datos del PIB de 2024, que han registrado una caída del 0,2%, con una contracción que se mantiene por segundo año consecutivo. Y no es algo que esté mejorando. El último dato, del segundo trimestre de 2025, es otro jarro de agua fría para el canciller alemán, con una contracción del 0,3%.
El paro más alto desde 2015
Otro de los frentes está siendo el del desempleo. Es cierto que las cifras han crecido por el fin de los contratos firmado para reforzar el verano, pero la tendencia es clara y no ha dejado de crecer. Desde el 5% de tasa de paro de marzo de 2022, ha ido creciendo, con algunos altibajos en el camino, hasta alcanzar el 6,4% de agosto de 2025, su cifra más alta desde el mismo mes de 2015.
En comparación con los datos de julio, el desempleo creció en 46.000 personas y en 153.000, en la comparativa con agosto de 2024. En términos desestacionalizados, el desempleó cayó en 9.000 personas, según los datos publicados el pasado 29 de agosto por la Agencia Federal de Empleo (BA).
Pero la postura adoptada por el Gobierno alemán para tratar de poner freno a esta situación no parece del todo la apropiada. El canciller Friedrich Merz señalaba hace unos días que el estado de bienestar actual en Alemania "ya no se puede financiar con lo que producimos en la economía". Unas palabras que mencionó, después de haberse comprometido a aumentar de forma considerable el gasto militar en los próximos cuatro años.
"Alemania está en crisis"
La atípica situación que está viviendo Alemania- unido a la inestabilidad política en Francia- ha encendido algunas alarmas. Los expertos apuntan a que es preocupante para el país germano, pero también lo está siendo para la propia Unión Europea.
José Manuel Corrales, profesor de Economía y Empresa de la Universidad Europea de Madrid, explica que "Alemania ha dejado de ser la locomotora de Europa" y ahora está más enfocado a España. Algo que es "positivo para nuestro país, pero negativo para la UE porque esto se está dando en una coyuntura de crisis global".
"Hay dos grandes modelos que se están confrontando: el chino, que ha tenido varias fotos impactantes con India, Corea del Norte y Rusia, y el modelo estadounidense. La UE está en crisis y los datos de Alemania son datos preocupantes", razona.
En el caso del país germano, José Manuel Corrales hace hincapié de que la "recesión" y el "estancamiento prolongado en 2023 y 2024" es la evidencia de que "Alemania está en crisis y puede contagiar a toda Europa".
Christophe Canler, profesor de la Universidad Carlemany, coincide en que la evolución de la economía alemana ha sido "bastante negativa" y reconoce que antes "era la locomotora y ahora es el patito feo de Europa".
El experto destaca que su crecimiento se basaba en tres ventajas competitivas, la baja inversión en defensa, la energía barata rusa y sus relaciones comerciales y de explotación con China. Ahora todo ha cambiado y, precisamente, ha dado más fuerzas en la producción del país asiático. "Lo que ha pasado es que los chinos saben copiar muy bien y una vez que lo hacen, mejoran el producto. Ahora mismo los coches alemanes, sobre todo eléctricos, tienen una desventaja importante frente a los chinos", apunta.
Christophe Canler asegura que mientras Alemania ha subido su PIB sólo un 0,1% acumulado en los últimos seis años, la UE lo ha hecho un 4% y Estados Unidos un 12%. "Lo que es muy preocupante a nivel europeo es que hace unos años el PIB de Europa y el de Estados Unidos iban a la par y ahora es un 30% más alto que el de Europa. Ha ido a menos y Alemania tiene un peso muy grande. El 60% de esa caída viene de allí", añade.
"Francia ha apostado por la energía nuclear y la electricidad francesa es muy barata. Alemania no ha invertido en infraestructura. Lleva 20 años invirtiendo muy poco en ello y en digitalización", explica, antes de recordar el problema que existe con una población más envejecida y cada vez menos jóvenes: "Empieza a haber falta de mano de obra cualificada".
Sin duda, la situación en Alemania es complicada. La mala evolución desde la pandemia sigue haciendo mella en el crecimiento del país y el miedo a que la recesión en la que se encuentra se propague en una Europa cada vez más tocada- a la que hay que unir los aranceles de Donald Trump- hace que todos los ojos apunten a una locomotora europea que se ha gripado por completo.
