Un embalse español en una de las zonas mineras más importantes de Europa deja al descubierto un tesoro que provoca la movilización del CSIC
Se encuentra en la provincia de Huelva.

Un equipo de científicos ha descubierto que un embalse de retención de lixiviados de Nerva (Huelva), el cual forma parte de la Faja Pirítica Ibérica (una de las zonas mineras más importantes de Europa), guarda un tesoro en forma de materias primas.
Tal y como recoge la Cadena SER, según los investigadores, que forman parte del Instituto Geológico y Minero de España (IGME-CSIC), se trata de un lugar del que se podrían extraer sales sulfatadas eflorescentes con altas concentraciones de, entre otros metales, cobre y zinc.
Esa es la principal conclusión de un estudio de carácter preliminar que ha sido publicado en la revista científica Minerals Engineering y en el que han participado los investigadores Julio César Arranz-González, Francisco Javier Fernández-Naranjo y Virginia Rodríguez-Gómez, quienes pertenecen al Grupo de Investigación en Residuos Mineros y Geoquímica Ambiental del IGME.
En el citado embalse de retención de lixiviados se forman cada año, durante los meses con ausencia de lluvias, sales de sulfato eflorescentes (compuestos cristalinos altamente solubles que se generan por evaporación de aguas ricas en sulfatos). Esas sales contienen metales disueltos.
En ese sentido, los investigadores calculan que la producción se situaría en una media anual de 422 kg por hectárea de cobre y 422,6 kg de zinc. Además, también podrían extraerse cantidades menores de arsénico (141 kg/ha), cobalto (6,3 kg/ha) y níquel (2,5 kg/ha). En estos momentos, la zona estudiada cuenta con una superficie útil de 2,5 hectáreas, aunque la cifra podría incrementarse a 3 o 4 hectáreas si se llevan a cabo obras de adecuación del terreno.
Una de las principales virtudes de este hallazgo es que la cantidad de recursos económicos que habría que invertir en la zona para materializar los mencionados metales es muy reducida. El motivo es que las materias primas se podrían recolectar, primero, raspando la superficie plana donde se acumulan y, posteriormente, disolviéndolas en tanques para recuperar los elementos valiosos.
Este descubrimiento es relevante tanto a nivel económico como geopolítico, ya que el embalse cuenta con cobre, cobalto y níquel, unos metales que están catalogados por la Comisión Europea como Materias Primas Estratégicas.
