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Musk rico que nadie: los accionistas de Tesla dan luz verde al sueldo de ciencia ficción del magnate

Musk rico que nadie: los accionistas de Tesla dan luz verde al sueldo de ciencia ficción del magnate

El paquete, valorado en hasta un billón de dólares, refuerza el control del magnate sobre la compañía y reabre el debate sobre los límites del poder y la desigualdad. 

Cartel callejero con una imagen de Elon Musk y el mensaje “Imagine having a trillion dollars and still being the world’s biggest loser”.
Un cartel en Reino Unido muestra una sátira sobre Elon Musk tras la aprobación del plan de compensación de un billón de dólares por parte de los accionistas de Tesla.LEON NEAL

La junta de accionistas de Tesla ha aprobado pagar al consejero delegado de la compañía, Elon Musk, un sueldo de ciencia ficción que podría alcanzar la cifra récord de un billón de dólares en acciones. Un paquete de compensación que no solo refuerza el control del magnate sudafricano sobre el fabricante de vehículos eléctricos, sino que también podría convertirlo en el primer billonario del planeta. La propuesta, respaldada por algo más del 75 % del accionariado, despeja el camino para que el CEO se mantenga una década más al frente de una empresa que transformar en potencia de inteligencia artificial y robótica.

El plan aprobado este jueves, que está valorado en torno a 878.000 millones de dólares en acciones, compensará al empresario por cada uno de los doce hitos fijados en él, que van desde la fabricación de 20 millones de coches, el despliegue de un millón de taxis autónomos, hasta la venta de un millón de robots Optimus. La medida, además, garantiza a Musk seguir al mando durante al menos otra década, justo cuando la empresa apuesta por convertir la inteligencia artificial en su nuevo motor de crecimiento. Si Musk, que ya controla cerca del 15% de las acciones, es capaz de poner la marca de conseguido en los objetivos previstos, este podría elevar su participación en Tesla por encima del 25%.

Para llega hasta aquí, especialmente las últimas semanas, el consejo de administración de la compañía ha redoblado una campaña que lleva un tiempo en marcha, para lograr que la mayoría de los accionistas diesen luz verde al histórico paquete. Es más, en una carta que remitió a los inversores, la presidenta del fabricante de vehículos, Robyn Denholm, llegó a advertirles que Elon Musk podría abandonar la compañía si no se aprobaba este paquete: "El plan se diseñó con un único propósito: pisar el acelerador que impulse la próxima fase de crecimiento e innovación de Tesla”, escribió Denholm.

Sin embargo, grandes fondos de inversión y asesores institucionales como Norges Bank noruego, Glass LewisInstitutional Shareholder Service, mostraron su reticencia para dar luz verde a este plan, advirtiendo que esta retribución podría erosionar el valor para los accionistas, además de crear una dependencia excesiva sobre Musk. “Esto no es un pago por rendimiento, es por tener poder sin control", según ha señalado Thomas DiNapoli, jefe del Departamento de Auditoría y Control de Nueva York, a The New York Times.

Pese a las críticas entre los accionistas de Tesla al plan de Elon Musk, el resultado ha sido abrumador. The Washington Post ha interpretado este voto como la señal de la confianza que tienen los inversores de la compañía en la capacidad del sudafricano para mantener a la empresa en el carril adecuado durante esta transición tecnológica. Según el diario que está en manos de multimillonario, Jeff Bezos, el acuerdo "supone el inicio de una nueva era de compensaciones ejecutivas, en un mundo hiperinflado por el sueldo de los CEO”. De hecho, el propio Musk ya había anticipado sus deseos semanas antes. El pasado 22 de octubre alegó que necesitaba conservar el control de la empresa para poder construir un “enorme ejército" humanoide de Optimus. “No me siento cómodo construyendo ese ejército de robots si no tengo al menos una fuerte influencia”, explicó entonces.

Nada más anunciarse la aprobación del paquete, Elon Musk apareció en el escenario que se ha instalado en la sede de Tesla en Austin, Texas, donde se ha trasladado porque allí, las normas corporativas permiten al empresario ejercer sus derechos de voto con un mayor margen de maniobra. Allí, entre gritos de “Elon, Elon” y en compañía de un robot Optimus que bailaba al ritmo de la música, agradeció el respaldo de su consejo de administración y proclamó que el fabricante de vehículos inicia desde ahora “no un nuevo capítulo, sino un nuevo libro” con el desarrollo de su línea de robots humanoides.

Un futuro aún más ambicioso que Musk volvió a dibujar en una entrevista para el pódcast The Joe Rogan Experience, en la que negó que estuviese desarrollando un teléfono móvil, aunque pronosticó que los smartphones dejarán de ser tal y como los conocemos: “No tendremos un teléfono en el sentido tradicional. Lo que llamaremos teléfono será en realidad un nodo periférico para la inferencia de IA con conexiones inalámbricas”. 

Según Musk, “la IA en el servidor se comunicará con la IA en un dispositivo y generará vídeo en tiempo real de cualquier cosa que puedas imaginar”. Según su profecía, dentro de cinco o seis años “no habrá sistemas operativos ni aplicaciones; será simplemente un dispositivo con pantalla y audio, diseñado para integrar la mayor cantidad de inteligencia artificial posible”.