El acuerdo UE-Mercosur tendrá que esperar a 2026: Francia e Italia "aprietan" el botón de parada, pero ¿por qué razón?
Von der Leyen comunica a los líderes que la firma del acuerdo con Mercosur se pospone a enero.

Habrá que esperar aún más, ya para 2026. La Unión Europea ha vuelto a poner el freno al acuerdo de libre comercio con Mercosur, uno de los tratados comerciales más ambiciosos —y polémicos— de las últimas décadas.
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha comunicado este jueves a los jefes de Estado y de Gobierno reunidos en Bruselas que la firma del acuerdo no se producirá este sábado, como se había previsto, y que queda aplazada al menos hasta enero.
El anuncio se produjo durante la cena de trabajo del Consejo Europeo, dedicada a la geoeconomía y la competitividad de la UE, según han confirmado fuentes comunitarias a Europa Press. Aunque el acuerdo con Mercosur no figuraba oficialmente en la agenda de la cumbre, las presiones de Francia e Italia para retrasar su firma obligaron a introducir el asunto en la discusión política al más alto nivel.
Qué es el acuerdo UE-Mercosur y por qué sigue bloqueado
El acuerdo comercial entre la UE y Mercosur —bloque formado por Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay— se cerró políticamente en 2019, tras más de 20 años de negociaciones. Desde entonces no ha sido ratificado ni firmado formalmente debido a resistencia internas en varios Estados miembros.
El tratado busca crear una de las mayores zonas de libre comercio del mundo, afectando a más de 700 millones de personas, eliminando aranceles y facilitando el acceso de empresas europeas a mercados clave de América Latina, especialmente en sectores como el automóvil, la industria, los servicios y la contratación pública.
A cambio, la UE abriría su mercado agrícola a productos de Mercosur, como carne de vacuno, pollo, azúcar o soja, un punto que ha generado una fuerte oposición en países con sectores agrarios muy sensibles, especialmente Francia.
Francia e Italia han echado el freno
El aplazamiento anunciado por Von der Leyen responde, según fuentes diplomáticas, a la oposición explícita de Francia, que considera que el acuerdo no ofrece suficientes garantías medioambientales ni protege adecuadamente a los agricultores europeos. El presidente Emmanuel Macron lleva años reclamando cláusulas más estrictas sobre deforestación, sostenibilidad y competencia justa.
Italia, por su parte, se ha sumado recientemente a las reticencias, en un contexto de protestas agrarias en varios países europeos y de creciente presión política interna. Ambos gobiernos han pedido más tiempo para renegociar aspectos clave o, al menos, para rebajar el coste político de la firma.
Qué ha cambiado desde 2019
Desde el cierre inicial del acuerdo, el contexto ha cambiado de forma significativa. La UE ha endurecido su agenda verde con el Pacto Verde Europeo, ha aprobado nuevas normas sobre deforestación importada y ha colocado la autonomía estratégica en el centro de su política económica tras la pandemia y la guerra de Ucrania.
Para intentar desbloquear el acuerdo, la Comisión Europea presentó en 2023 un anexo adicional con compromisos medioambientales más estrictos. Sin embargo, ese añadido no ha convencido a todos los Estados miembros, ni ha logrado disipar el temor de los agricultores a una competencia considerada desleal.
Por qué enero
El aplazamiento a enero no implica una ruptura definitiva, pero sí confirma que no existe consenso político suficiente en estos momentos. La Comisión necesita que el acuerdo llegue a la firma con un mínimo respaldo entre los Estados miembros para evitar un fracaso que tendría un alto coste político y diplomático.
Además, el calendario europeo complica aún más el escenario: 2025 será un año clave, con la renovación de la Comisión, tensiones comerciales con Estados Unidos y China, y una creciente fragmentación interna en la UE.
Qué opinan España y otros países de la UE
Austria, Países Bajos, Polonia, Hungría e Irlanda comparten también dudas con el acuerdo por el impacto en el campo y el cumplimiento de compromisos climáticos en la Amazonía, mientras que Alemania, España y los países nórdicos presionan para cerrar el acuerdo por su importancia geopolítica frente a China y Estados Unidos.
Diplomáticos europeos admiten que, si no se consigue cerrar el pacto en este tramo final de 2025‑principios de 2026, el acuerdo puede quedar "congelado durante muchos años", pese a los 25 años de negociación y al principio de acuerdo político alcanzado en 2019 y actualizado en 2024, según publica El País.
