No es solo cosa de aranceles: los otros baches económicos que Europa se está encontrando en el camino
Bruselas ya ha asegurado que reaccionará de forma "firme" a la política arancelaria de Trump, pero hay otros frentes. La Reserva Federal de EEUU y el BCE parece que irán a distinto ritmo. Los expertos piden a la UE que tome partido y aproveche las oportunidades que se abren.

Estamos en el segundo mes de 2025 y parece que la palabra aranceles va a ser uno de los términos del año para la Real Academia Española (RAE). Se está hablando mucho, y en muchos países, de la política con la que Donald Trump ha regresado a la Casa Blanca. El objetivo, como su lema, Make America Great Again (Hacer a Estados Unidos grande de nuevo), aunque las decenas de decretos y las decisiones adoptadas parecen tensionar a una Europa que todavía sigue sufriendo las consecuencias de la devastadora inflación derivada de la guerra de Ucrania.
El presidente estadounidense ha sido claro desde el minuto uno. Aranceles, aranceles y más aranceles. Su plan es el de hacer daño a grandes economías, como China, la Unión Europea y sus vecinas, Canadá o México. Un perjuicio provocado por un gravamen que encarecerá el consumo de los productos extranjeros y con el que el republicano busca fortalecer a la economía estadounidense.
Con este panorama, un mes después de jurar su cargo como mandatario norteamericano, Trump ya ha puesto patas arriba las relaciones con algunos países que habían sido socios de la nación que lidera hasta la fecha. Una de ellas es, como viene siendo habitual, Europa.
El presidente de EEUU ya ha movido la primera ficha en un tablero de ajedrez del que poco se sabía cuál iba a ser el movimiento que iba a hacer su rival. Este jueves, Trump firmó un decreto con el que imponía nuevos aranceles a la UE en represalia por el IVA. Unos gravámenes "recíprocos" que afectan de forma directa a los veintisiete.
"He decidido que, por razones de justicia, voy a imponer aranceles recíprocos, lo que significa que lo que un país hace pagar a EEUU, nosotros les cobraremos lo mismo, ni más, ni menos", aseguró desde el Despacho Oval.
Si bien es cierto que estos impuestos todavía no han entrado en vigor de forma inmediata, es una clara forma de presión por parte de Trump para que Europa abra la puerta a las posibles solicitudes que pueda hacerle. "Es el momento de que esos países recuerden lo que hemos hecho por ellos y nos traten de manera justa", recalcó.
Una reacción "firme e inmediata"
Ni 24 horas tardó Bruselas en tener su turno de réplica. En un duro comunicado, dio a conocer este viernes que la propuesta del mandatario republicano es "un paso en la dirección equivocada". "La UE mantiene algunos de los aranceles más bajos del mundo y no ve justificación para que Estados Unidos aumente los aranceles a sus exportaciones", contestó.
"Los aranceles son impuestos. Al imponerlos, Estados Unidos grava a sus propios ciudadanos, aumenta los costos para las empresas, sofoca el crecimiento y alimenta la inflación. Los aranceles aumentan la incertidumbre económica y perturban la eficiencia y la integración de los mercados globales", replicó la Comisión Europea.
Bruselas considera que EEUU está "socavando" las reglas del sistema comercial y no se amilana ante las amenazas de Trump. "La UE reaccionará con firmeza e inmediatez contra las barreras injustificadas al comercio libre y justo, incluso cuando se utilicen aranceles para desafiar políticas legales y no discriminatorias", advierte.
Un camino económico lleno de baches
Mientras Europa sigue tratando de recuperar la normalidad tras la crisis inflacionaria derivada de la invasión rusa en Ucrania, la toma de decisiones de la nueva administración norteamericana tensiona un camino que ya se había llenado de baches.
El regreso de Trump a la Casa Blanca y la aplicación de esta política arancelaria coincide con la relajación de la política restrictiva que el Banco Central Europeo (BCE) impuso en 2023 para frenar el preocupante alza de los precios. El plan de la institución que preside Christine Lagarde es claro, seguir bajando los tipos interés hasta alcanzar un tipo nominal neutro.
Como había sido habitual hasta el año pasado, el organismo financiero no había ido por libre nunca y siempre había adoptado los mismos pasos que la Reserva Federal de EEUU (Fed). Unas decisiones aunadas que parecen haberse quedado aparcadas. El departamento que preside Jerome Powell no tiene la intención de seguir bajando los tipos al mismo ritmo que Fráncfort.
El presidente de la Fed aclaró sus planes ante el Congreso de Estados Unidos el pasado miércoles y aseguró que se ha avanzado mucho hacia el 2%, tipo objetivo fijado por ambas instituciones, pero todavía no se ha alcanzado y no ve "ninguna razón para tener prisa en reducirlos aún más".
El propio Trump ya le ha pedido a Jerome Powell que bajo el precio del dinero en su próxima reunión. "¡Los tipos de interés deberían reducirse, algo que iría de la mano con los próximos aranceles!", reclamó desde su perfil en TruthSocial.
Mientras el BCE sigue aplicando recortes, como el del pasado mes de enero, y con los tipos de interés en el 2,75%, la diferencia entre su hoja de ruta y la de la institución norteamericana afecta de forma directa al valor del euro.
Armando Alvares Garcia Junior, profesor del Doble Grado en Derecho y Finanzas de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR), resalta, precisamente, el principal efecto de la divergencia del BCE y la Fed. "Debilitará el euro frente al dólar porque los inversores tienden a mover su dinero hacia activos con mayor rentabilidad, lo que incrementa la demanda de dólares y reduce la del euro, provocando su devaluación", señala.
"Un euro más débil encarece las importaciones, ya que muchos bienes esenciales para Europa, como la energía, se pagan en dólares, lo que obliga a gastar más euros por la misma cantidad de productos", señala, antes de defender que, por otro lado, una moneda más débil "favorece las exportaciones al hacerlas más competitivas en el mercado internacional" y "también eleva los costos de producción".
Armando Alvares justifica que esta situación afecta de "forma negativa al consumo interno", porque "el aumento en los precios de bienes esenciales reduce el poder adquisitivo de los consumidores y limita su capacidad de gasto en otros sectores, lo que contribuye a desacelerar la economía europea".
Con el BCE monitoreando todas las cifras de inflación general, la subyacente y la de servicios, el experto considera que si las dos últimas continúan desacelerándose se seguirán "reduciendo los tipos de interés sin depender de la Fed".
José Manuel Corrales, profesor de Economía y Empresa de la Universidad Europea, llama a ver "la letra pequeña de los aranceles" y avisa de que la medida también perjudicará a la economía de EEUU y a la política de la Fed. "La imposición de aranceles va a provocar una subida de precios, va a haber tensiones inflacionarias y tiene sentido que no se bajen los tipos de interés", señala.
Considera que la Casa Blanca se puede estar dando "un tiro en el pie", porque considera que estas medidas "no están pensadas para su economía, sino para beneficiar a unos pocos". "A Elon Musk y cuatro más que están en el ajo", explica.
Respecto a esas diferencias entre el BCE y la Fed, José Manuel Corrales defiende que el organismo de Lagarde "no tiene que hacer mucho caso de lo que haga la Reserva Federal porque, incluso, no le está haciendo mucho caso a Trump". "Si él quiere bajar los precios, lo que está haciendo la Fed y sus propios actos van en contra de esa lógica. No van a bajar los precios imponiendo aranceles", justifica.
Frentes que se pueden convertir en oportunidades
Pero detrás de cada frente también puede haber oportunidades. José Manuel Corrales advierte de que la situación es muy compleja y que estas políticas pueden derivar en una "crisis o recesión económica".
"China es el que mejor preparada está. A la UE le ha pillado con el paso cambiado, muchas veces no se da cuenta de que tiene más poder del que piensa. Europa tiene que plantarse y tomar medidas, por ejemplo, invertir en inteligencia artificial y a lo mejor, sí que hay que plantear alianzas estratégicas con sectores de EEUU", reclama.
El profesor de Economía y Empresa de la Universidad Europea cree que Trump está "agrediendo a Europa" y se debe responder "con autonomía, con independencia, establecer relaciones comerciales". Pide convertir la política proteccionista de la Casa Blanca en una oportunidad. "Puede ser la posibilidad de mejorar la relación con Canadá, que está más cerca del planteamiento de la UE que el de EEUU, con América Latina, con México, con los BRICS o con China", apunta.
Armando Alvares Garcia Junior cree que la UE se vería "atrapada entre la caída del comercio global, el colapso de las cadenas de suministro y la presión para tomar partido" en una guerra comercial entre China y EEUU. Pero defiende que este "choque de potencias" le abriría "una oportunidad única para diversificar mercados, atraer inversiones en busca de estabilidad y captar talento expulsado por las restricciones migratorias en EEUU".
El profesor del Doble Grado en Derecho y Finanzas de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR) pone el acento en la falta de unidad en política exterior de Europa y considera que si no es "coherente" y no hace una "defensa común". "Seguirá siendo un gigante económico con pies de barro en el tablero geopolítico", añade.
"La ascensión del BRICS Plus como punta de lanza del Sur Global deriva de eso. Quieren revisar las normas actuales porque la balanza está muy desequilibrada. Es muy desfavorable para la mayor parte de los países en el mundo. La UE también debe responder con firmeza, pero evitando una escalada de tensiones, para impedir, o al menos minimizar, que el proteccionismo externo afecte su estabilidad", sentencia.