Rebelión laborista, lágrimas de ministra y tijeretazos: las claves de la crisis que sacude a Starmer
Los recortes a las ayudas por discapacidad o enfermedad en un gabinete progresista divide a las familias internas del partido, fuerzan cambios en la ley del 'premier' y ponen en entredicho hasta su mayoría.

El Gobierno de Reino Unido, en manos de Keir Starmer, está sumido en una importante crisis a causa de una norma que choca con el supuesto progresismo de su formación, la laborista: una que anuncia recortes importantes en el estado del bienestar, a la que se ha opuesto parte de sus miembros. El texto ha acabado saliendo adelante, pero con concesiones, y ha generado escenas insólitas, como la de las lágrimas de la ministra de Economía.
El lunes, el Ejecutivo logró sacar adelante en segunda lectura en el Parlamento su polémico proyecto de ley de recortes a las ayudas por discapacidad o enfermedad, tras renunciar a partes esenciales del texto por temor a una rebelión en sus propias filas.
La incertidumbre sobre el resultado en la Cámara de los Comunes (baja), que ponía incluso en peligro la supervivencia del Ejecutivo, obligó a nuevas concesiones de última hora que, según los expertos, harán que los ahorros previstos en la ley de Crédito Universal y Pago de Independencia Personal (PIP, en inglés) casi desaparezcan. Finalmente, el proyecto de ley fue aprobado con el voto a favor de 335 diputados, por 260 que sufragaron en contra.
Tras haber hecho ya concesiones que equivalían a la mitad del ahorro que buscaba con la reforma, de unos 4.800 millones de libras a unos 2.500, el primer ministro se vio forzado a solo 90 minutos de la votación a renunciar a restringir las ayudas por discapacidad hasta que haya una revisión de esa prestación. Estos cambios obligarán a la ministra de Economía a buscar ahorros adicionales o a subir los impuestos para cubrir ese agujero fiscal cuando presente los Presupuestos en otoño.
Justo antes de votar la ley, se había sometido a votación una enmienda impulsada por 42 laboristas rebeldes que directamente habría echado por tierra el proyecto, pero que fue rechazada ampliamente por la mayoría de la cámara.
Se ha pactado que los nuevos criterios de acceso al PIP no afecten a quienes ya lo reciben y solo se apliquen a futuros solicitantes, a partir de noviembre de 2026. Según cifras oficiales, el gasto en subsidios por discapacidad e incapacidad para personas en edad laboral ha aumentado casi un 60 % en este país desde la pandemia, hasta unos 45.000 millones de libras (52.375 millones de euros) en 2023-24, y se calcula que podría superar los 70.000 millones (81.475 millones de euros) en 2029-30.
El liderazgo de Starmer, quien pese a todo goza de una holgada mayoría parlamentaria en los Comunes, aparece fragilizado tras semanas de luchas internas en su propia bancada, que le han llevado a tener que ceder para tratar de sacar adelante una de sus principales reformas sociales. "Escuchar es una fortaleza en la política como lo es también en la vida", aseguró a la BBC minutos después de la votación la ministra de Trabajo, Liz Kendall, quien también queda muy debilitada después de este trance.
¿Llanto por la ley?
Ayer, Starmer expresó a través de su portavoz su "total respaldo" a la ministra de Economía, Rachel Reeves, a quien poco antes se vio llorando en su escaño del Parlamento. La portavoz del jefe del Gobierno aseguró a la prensa que Reeves "no va a ninguna parte", después de que el propio Starmer no dejara claro el apoyo a su colega durante la sesión de control al Ejecutivo en la Cámara de los Comunes.
Un portavoz de la ministra apuntó por su parte que sus lágrimas, captadas en directo por las cámaras, "se debieron a un asunto personal", del que no dará detalles.
Reeves fue filmada con lágrimas en las mejillas durante el intercambio en los Comunes este mediodía entre Starmer y la líder de la oposición, la conservadora Kemi Badenoch, quien le preguntó si la ministra seguiría en su puesto hasta las próximas elecciones en 2029, lo que él eludió responder. "Se la ve absolutamente desgraciada. Los diputados laboristas declaran públicamente que está acabada, y la realidad es que es un escudo humano para su incompetencia (de Starmer)", afirmó Badenoch desde su asiento, justo enfrente de los del primer ministro y la responsable del Tesoro. "Qué lástima para la ministra que él no pueda confirmar que permanecerá en el cargo", apostilló.
Satisfecho
Starmer, ayer, en la sesión de control en los Comunes, defendió de nuevo la relevancia de su proyecto, por considerar que será mejor para la gente, los contribuyentes y la economía del Reino Unido. Al comenzar la sesión de control, la líder del Partido Conservador, Badenoch, dijo que esta había sido una semana "difícil" para Starmer, a quien acusó de ser "demasiado débil para hacer algo" porque las concesiones de anoche hicieron que los ahorros previstos en el proyecto de ley prácticamente se quedasen en nada.
Sin embargo, el primer ministro defendió que la reforma está pensada para que más gente que recibe las ayudas pueda trabajar. "Si puedes trabajar, deberías trabajar. Si necesitas ayuda para trabajar, el Estado debería proporcionarla", dijo. "Si no puedes trabajar, necesitas apoyo y protección. El sistema de bienestar social reformado que estamos implementando será mejor para las personas, para el contribuyente y para la economía", insistió.