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Reino Unido se inquieta con el problema creciente del aceite de oliva español y activa la investigación

Reino Unido se inquieta con el problema creciente del aceite de oliva español y activa la investigación

Un podcast especial de la BBC ahonda en la encrucijada en la que se encuentra el "oro líquido" español.

Aceite de oliva en el supermercadoGetty Images

El aceite de oliva, conocido como "oro líquido", es un pilar de la agricultura y la gastronomía en España. Sin embargo, el sector atraviesa un momento crítico debido a una combinación de factores climáticos, económicos y sociales. Un reciente episodio del podcast Assignment, de la BBC World Service, analiza a fondo estos problemas, con testimonios de agricultores, expertos y fuerzas del orden en distintas regiones de España.

Sequía y clima extremo: la mayor amenaza

Según explica el podcast, desde 2021, España ha sufrido una grave sequía que ha afectado drásticamente la producción de aceite de oliva. En algunas zonas, la falta de agua ha reducido la cosecha hasta en un 90%. En La Selva del Camp, en Cataluña, los agricultores han visto cómo su producción disminuía año tras año. A esto se suma un fenómeno extremo: cuando finalmente llueve, las precipitaciones son tan torrenciales que el agua no se infiltra en la tierra, sino que arrastra el suelo y desaparece rápidamente.

El impacto de estos cambios climáticos se refleja en los embalses de regiones olivareras como Río de Cañas, donde el nivel de agua ha llegado a caer hasta el 1%. La falta de agua no solo reduce la cantidad de aceitunas, sino que también complica su extracción, afectando la calidad del aceite.

Robo de aceitunas: un problema creciente

La subida del precio del aceite de oliva —hasta un 150% en algunos lugares— ha generado un aumento de los robos en las explotaciones agrícolas. En Arahal, Andalucía, el agricultor Joaquín Pérez ha perdido hasta 5.000 kilos de aceitunas debido a bandas organizadas y pequeños ladrones que revenden el producto en mercados clandestinos. Solo en la temporada 2023-2024, se sustrajeron más de 500 toneladas de aceitunas en Andalucía, lo que supone una pérdida millonaria para los productores.

El jefe de la policía local, José Antonio Umanes, explica que los autores de estos robos suelen pertenecer a dos perfiles: personas en situación de pobreza o consumidores de drogas que buscan dinero rápido, y organizaciones criminales que comercian con el aceite obtenido de manera ilegal.

Agricultura intensiva y el uso del agua

En medio de esta crisis, algunos productores han apostado por la agricultura superintensiva. Este método, que implica plantar olivos en hileras densas y cosecharlos con maquinaria especializada, ha permitido aumentar la producción y reducir la necesidad de mano de obra, un recurso cada vez más escaso en el sector.

Sin embargo, este modelo depende del riego, lo que ha abierto un debate sobre el uso del agua en España. Mientras que algunos agricultores, como Rafael Riobo Cabello de Alba, defienden la expansión del regadío como solución a la desertificación, organizaciones como Greenpeace alertan sobre la sobreexplotación de los recursos hídricos. Según la ONG, el 80% del agua en España se destina a la agricultura, y en los últimos 15 años el riego ha aumentado un 16%, muchas veces mediante pozos ilegales.

Futuro del sector: investigación e innovación

A pesar de los desafíos, hay esperanza en la investigación agrícola. En Córdoba, el científico Raúl de la Rosa lidera un proyecto para desarrollar nuevas variedades de olivo que requieran menos agua y se adapten mejor a un clima más extremo. En su finca experimental, cultiva 80 variedades distintas en condiciones de secano y producción ecológica, con el objetivo de encontrar soluciones sostenibles para el futuro del sector.

Por otro lado, algunos agricultores, como María Miró, han combinado el cultivo ecológico con técnicas superintensivas, demostrando que la modernización del sector no tiene por qué estar reñida con la sostenibilidad.

Un sector en la encrucijada

El aceite de oliva español se encuentra en una encrucijada. Por un lado, la tradición y los métodos de cultivo ancestrales; por otro, la presión del mercado, el cambio climático y la modernización del sector. Mientras algunos agricultores se ven obligados a vender sus tierras, otros buscan innovar para garantizar la producción en un futuro incierto.

Lo único seguro es que el agua será el recurso más preciado en los próximos años, y su gestión definirá el destino del "oro líquido" español.