Una candidata se cansa de perder tiempo y avisa a su posible jefa: "Mi entrevista cuesta 10 euros"
"Veo desesperación en la solicitud, no es una práctica habitual".

Encontrar trabajo puede convertirse en un proceso agotador y lleno de incertidumbre, algo que también afecta a quienes buscan empleo en sectores muy concretos, como el cuidado infantil. Un caso difundido en TV3, que ha generado un intenso debate en redes, muestra hasta qué punto puede tensarse la relación entre familias y profesionales. Una madre que buscaba una niñera para su hija compartió en Facebook la conversación con una candidata que, antes siquiera de reunirse, le advirtió: "Les informo de inmediato que la presentación cuesta 10 euros".
Según explicó la niñera, acudir a varios encuentros al día sin garantía de contratación le suponía perder horas de trabajo. Sin embargo, la respuesta de la madre fue de absoluto desconcierto: "Bueno, no puedo entender estas cosas... ¿Para qué? Mundo, detente, quiero bajarme". Su reacción dio pie a cientos de comentarios y a un acalorado intercambio de opiniones.
Para algunos usuarios, pedir dinero por acudir a una entrevista resulta impensable. Varias personas compararon la situación con la búsqueda de empleo convencional, recordando que "nadie paga por ir a una entrevista de trabajo". Incluso profesionales del sector del cuidado de mascotas o de la atención domiciliaria aseguraron que jamás habían cobrado por una primera reunión, aunque tuvieran que desplazarse largas distancias.
Sin embargo, la historia también despertó voces en defensa de la niñera. Un sector de los comentaristas afirmó que cobrar una pequeña cantidad era una forma legítima de valorar su tiempo y filtrar familias, algo habitual entre cuidadoras con amplia experiencia. Como señaló una usuaria: "Esto es completamente normal para una niñera que se respeta a sí misma y a su tiempo".
La fundadora de la agencia de niñeras Mama ir auklė, Ieva Augustinienė, explicó a TV3 que detrás de esta solicitud puede esconderse un problema mayor. Muchas niñeras trabajan sin estabilidad, dependen de recomendaciones y carecen de un colchón económico. "Veo desesperación en la solicitud, no es una práctica habitual", afirmó. En su opinión, una profesional sin referencias sólidas puede pasar meses acudiendo a reuniones sin recibir ninguna oferta, lo que genera frustración y desgaste económico.
Desde la Inspección Estatal de Trabajo se recordó que una entrevista no constituye una relación laboral y, por tanto, no implica remuneración obligatoria. Aun así, quien acude puede solicitar compensación si así lo acuerda con la familia.
Para las expertas del sector, la clave está en la comunicación: aprender a presentarse, sostener una conversación profesional y evitar el miedo escénico que, según Augustinienė, afecta a muchas candidatas. Su consejo final es claro: "Antes de reunirse, prepara bien tu presentación y, si es necesario, realiza primero una videollamada". Una fórmula que evita malentendidos y permite que ambas partes decidan si realmente merece la pena encontrarse en persona.
