La justicia nos viola

La justicia nos viola

Juicio a la 'manada' de ManresaEFE

Ya estoy viendo la próxima campaña del 25N (Día Internacional Por la Eliminación de las Violencias Contra las Mujeres). No hará responsables a las propias víctimas como viene siendo habitual. Tampoco interpelará a los hombres, porque ya hemos comprobado que encajar cualquier tipo de crítica va en contra de su masculinidad. Este año tendrá como objetivo alertar a las mujeres sobre la falta de apoyo que encontrarán en la Justicia, para que puedan protegerse de los jueces que la propinan.

Sus nefastas sentencias son sin duda los golpes más dolorosos, ya no sólo para las víctimas sino para toda la sociedad. Sus intolerables fallos se están convirtiendo en claras advertencias para las mujeres y señales de barra libre para los delincuentes. “SI ERES MUJER Y BEBES, LA JUSTICIA NO TE AMPARARÁ”, “6 HOMBRES CONTRA UNA MENOR NO SE CONSIDERA INTIMIDACIÓN” o “SI ERES MUJER Y ESTÁS INCONSCIENTE, TE PUEDEN VIOLAR LIBREMENTE” podrían ser los claims de la campaña. Se pegarían en las copas de las discotecas, como se hace con las cajetillas de tabaco, para alertar sobre las consecuencias jurídicas que puede tener consumir alcohol si eres una mujer.

Más que los violadores y maltratadores, lo que da más pavor es tener un Código Penal anacrónico y unos jueces sin conocimiento ni formación en perspectiva de género

Esta semana la Justicia española nos ha vuelto a violar con su sentencia: la Audiencia de Barcelona ha considerado que la violación grupal de 5 hombres a una adolescente en Manresa es abuso y no una agresión sexual, porque la víctima no había opuesto resistencia. También ha considerado inocente a un sexto hombre que “tan sólo” se masturbaba mientras los demás la violaban, sin hacer nada para evitarlo. Ella era una. Ellos eran seis. Y lo que resulta obvio a ojos de toda la sociedad parece invisible para el criterio de los magistrados.

Para los jueces, 6 hombres acorralando a una mujer no es intimidación. Para los jueces, que algunos de ellos se pasasen una pistola y la víctima lo viera tampoco lo es. Para los jueces, 5 hombres penetrando a una mujer inconsciente no es violencia. Para los jueces, que los violadores no se cercioraran de la edad de la víctima es admisible porque ese dato “les resultó indiferente”. Para los jueces, la frase “15 minutos cada uno y no tardes” no tiene nada que ver con un grupo de hombres que agreden a una mujer tratándola como un objeto y no como una persona con derechos.

La cifra de mujeres asesinadas no sólo no está disminuyendo, sino que va en aumento: analicemos qué responsabilidad tiene la ley en esto

Más que los violadores y maltratadores, lo que da más pavor es tener un Código Penal anacrónico y unos jueces sin conocimiento ni formación en perspectiva de género. Jamás admitiríamos que nuestras señales de tráfico fuesen erróneas y los conductores de autobuses no supieran ejercer su profesión, porque implicaría la muerte de millones de personas. Pero si se trata de nuestro sistema judicial nos dan igual las vidas y a quien pueda perjudicar. Las leyes desactualizadas y los jueces sin conocimiento ni formación en perspectiva de género son el caldo de cultivo perfecto para seguir perpetuando la desigualdad y la violencia machista.

La cifra de mujeres asesinadas no sólo no está disminuyendo, sino que va en aumento: analicemos qué responsabilidad tiene la ley en esto. Empecemos a pedir explicaciones y, sobre todo, exijamos una estructura legal a la altura de los tiempos. El verdadero monstruo, el más peligroso de todos, es el sistema que avala a los agresores y normaliza las agresiones contra las mujeres. Lo que pone los pelos de punta es el desamparo con el que se encuentran las víctimas. Ni a caminar sola ni a volver a casa por callejones oscuros: a quien hay que temer hoy es a la justicia.