Louis Vuitton despide a Ulrikke Hoyer por ser "demasiado gorda" con una talla 34

Louis Vuitton despide a Ulrikke Hoyer por ser "demasiado gorda" con una talla 34

La modelo iba a participar en el desfile de crucero de la firma en Kioto pero no pasó el corte: "Sólo debe beber agua las próximas 24 horas".

La modelo Ulrikke Hoyer tras el desfile de Lanvin celebrado en París (Francia) el 26 de septiembre de 2016Melodie Jeng via Getty Images

Ulirikke Hoyer es una joven modelo danesa que antes ha sido tenista profesional y que recientemente ha hecho trabajos para firmas de moda y revistas en todo el mundo. En los dos últimos años ha desfilado para Louis Vuitton, Valentino, Versace, Hugo Boss, John Galliano, Elie Saab... y ha protagonizado editoriales para W Magazine o Vogue Paris.

El fin de semana del 13 de mayo, Hoyer voló hasta Japón para participar en uno de los shows más espectaculares de la temporada: el desfile crucero de Louis Vuitton que tuvo lugar en un precioso bosque de Kioto, en el Museo Miho, y que congregó a cientos de rostros conocidos del mundo de la moda. Sin embargo, Hoyer no pudo participar, ya que la rechazaron en el casting en Tokio. El motivo: ser "demasiado grande".

  El desfile de Louis Vuitton Resort 2018 celebrado en el Museo Miho de Kioto (Japón) el 14 de mayo de 2017.Koki Nagahama via Getty Images

Hoyer mide 1,78 de altura y sus medidas son 79 de pecho, 61 de cintura y 86 de caderas, por los datos de su ficha profesional (91,5 de caderas, según lo medido recientemente por su agencia en Dinamarca). Tiene una talla 34 o 36. Pero, según asegura en su perfil de Instagram y en un largo alegato publicado en su perfil de Facebook, la marca la rechazó por que era "demasiado grande" o "demasiado gorda" ("too big" es la frase que ella utiliza).

Acabo de volver de Tokio, donde Louis Vuitton ha realizado un bello desfile de crucero en Kioto, solo que nunca llegué a Kioto porque cancelaron mi participación debido a que estoy "demasiado gorda" (tengo una talla 34-36).

Alexia, la agente de casting de Ashley Browak [una potente directora de casting en el mundo de la moda] me dijo que hubo problemas durante las pruebas. Según ella, tengo "una tripa muy hinchada", "la cara hinchada" y me instaron a que me matara de hambre con esta frase: "Ulrikke tiene que beber solamente agua durante las próximas 24 horas". Me quedé en shock cuando lo escuché.

Me levanté a las dos de la mañana y tenía muchísima hambre. El desayuno empezaba a las 6:30, y yo comí lo mínimo. Tenía miedo de encontrarme con Alexia, pero por suerte no llegó hasta las ocho, cuando ya se habían llevado el plato de la mesa. Nos saludó con un 'buenos días' a mí y a las otras chicas y luego me miró, miró hacia abajo hacia mi no existente plato y me volvió a mirar. Estaba comprobando si había comido algo.

A las siete de la tarde mi agencia base me llamó desde Dinamarca para darme malas noticias y contarme que Louis Vuitton había decidido cancelar mi participación en el desfile sin hacer la segunda prueba y que me mandaban de vuelta a casa. No solo tenía barriga y mi cara estaba inflada, ahora mi espalda también era un problema.

Me alegro de tener 20 años y una trayectoria en deportes de élite y no ser una chica de 15 años, que son nuevas en esto y no tienen seguridad en sí mismas, porque no me cabe duda de que habría acabado muy enferma y arrastraría muchas cicatrices en mi vida adulta.

La modelo ha querido contarlo en su cuenta de Instagram, donde ha recibido más de 35.000 me gusta en menos de 24 horas y unos 2.400 comentarios, en general de apoyo.

En su perfil de Facebook, Ulrikke da una versión más extendida de la historia, contando que en general la gente "cree que ser modelo es fácil y maravilloso y que todo sobre la profesión es glamouroso", pero que eso no ocurre siempre. Hoyer también explica que a menudo le ha comentado a su familia que se ve "grande en comparación con otras chicas". "Hay muchas más flacas que yo", asegura, y cuenta cómo su madre se quedó impactada la primera vez que vio a otras chicas. "Estaba en shock al ver lo poco sanas y lo tristes que parecían la mayoría de las chicas. Muchas no tienen la regla o les cambia el color de la piel por una mala alimentación, y casi todas tienen una relación completamente distorsionada con la comida".

Tal y como cuenta la modelo, cuando le dieron la noticia no sabía "si reír o llorar". Además, siempre según lo que ella escribe y cree, al final la ropa que le probaron no llegó a salir a la pasarela: "Si todo es simplemente porque cancelaron mi look (yo no lo vi en el desfile) ¿por qué esa necesidad de atormentarme?".

Según explica, el problema no es sólo que cancelaran su participación, algo por lo que ha pasado en más ocasiones. "No puedo aceptar que el comportamiento de esta gente sea 'normal'. Les resulta placentero ejercer su poder sobre chicas jóvenes y llegan al extremo de forzarte hasta un trastorno alimenticio", afirma.

Su historia no acabó bien, obviamente, pero le quedan las redes sociales para expandir su mensaje. "Me fui a cenar con otras modelos y luego a mi habitación porque no podía enfrentarme a la gente que acababa de humillarme partiendo de la base más ridícula y humillante. Sólo había hecho lo que me habían pedido. Tres horas después estaba en un avión de vuelta a casa. Lo que iba a ser una experiencia única y alucinante acabó como algo muy humillante".

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