Oladii, el desayuno perfecto para el fin de semana
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Oladii, el desayuno perfecto para el fin de semana

Esta receta de la abuela es fácil de hacer y está muy buena. Te presentamos las otras "tortitas" de Rusia.

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De sobra conocidos son los bliní, las finas tortitas rellenas a menudo de alguna delicia. Ahora es turno de conocer los oladii, que están considerados como el superpoder de las bábushkas rusas.

Casi todas las abuelas rusas sirven oladii para desayunar. Recuerdan mucho a las tortitas pero están más inflados y tienen un sabor más cremoso. Su primera mención oficial data del siglo XVI, en el Domostroi, un libro enciclopédico sobre la vida en el hogar. Además de Rusia, los oladii son habituales en las mesas de Bielorrusia y Ucrania.

Este plato está tan íntimamente conectado con la cultura rusa que hay varias creencias sobre ellos. Por ejemplo, si se ven oladii en sueños significa que es probable que esa persona tenga una charla alegre con un amigo o un familiar.

Los rusos creen que el oladii es un desayuno perfecto porque se cocina rápido y porque se le puede añadir lo que se quiera: sirope dulce, mermelada, crema agria o salmón. Otra cosas fantástica de este plato es que se puede hacer a base de casi cualquier tipo de harina.

Mi historia de amor con los oladii comenzó en la niñez, cuando mi abuela nos despertaba con el olor de esta delicia. Son muy esponjosos y tiernos y siempre han sido uno de mis desayunos y aperitivos favoritos. Incluso en los brunch que hacemos los fines de semana en casa hacemos oladii. La abuela los hace en un fuego al aire libre cuando preparamos un picnic en el campo. No importa el lugar o la cocina, todo lo que se necesita es una plancha y la receta apropiada del rebozado de la abuela.

Ingredientes:

  • 250 ml de kéfir o yogur natural
  • 1 huevo
  • 160-180 gramos de harina
  • 1 cucharada de azúcar
  • Media cucharada de bicarbonato
  • Una pizca de sal
  • Aceite de girasol

Preparación:

Bate el huevo en un bol con el kéfir o el yogur. Lo que mejor le viene a los oldaii es la ryazhenka. Todos los ingredientes tienen que estar a temperatura ambiente. Añade posteriormente el azúcar y la sal. Mezcla todo bien.

Después, tamiza gradualmente la harina con el bicarbonato. Es importante añadir el bicarbonato mezclado con la harina para que así el rebozado reaccione adecuadamente. Revuelve la mezcla hasta que quede suave y con un aspecto sedoso. Deberías obtener una textura similar a la de una crema agria espesa.

Calienta la plancha con aceite de girasol. Cuando esté lo suficientemente caliente, engrasa con mantequilla, utilizando una cuchara llena por ciclo. Los oladii aumentan de tamaño cuando se fríen, así que deja un espacio libre entre ellos y el platillo.

Cocina a fuego medio para evitar que se queme la superficie, así como para que queden poco hechos en el interior. Cuando los oladii tienen un color dorado marrón en la parte de abajo, dales la vuelta. Se cocinan muy rápidamente así que hay que estar atento.

Coloca los oladii en un paño adecuado para quitar el exceso de aceite. Sirve con azúcar glasé, nata agria, mermelada, miel o leche condensada y disfruta de este desayuno o comida.

¡Buen provecho!

Este artículo de Victoria Drey fue previamente publicado en Russia Beyond The Headlines.

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Tengo el honor de ser la redactora jefa en El Huff. ¿Qué quiere decir esto? Que coordino el día a día de las secciones, los enfoques de esa mirada Huff que intentamos ponerle a la actualidad y las coberturas. En lo personal, que me lo paso muy bien.

 

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Durante una década he estado enfocada en temas de cultura, estilo de vida y salud mental. Desde la pandemia, en El Huff hemos puesto mucho enfásis en esto último, con temas duros pero necesarios, como son la prevención del suicidio o la soledad no deseada, hasta qué es la felicidad y cómo alcanzarla. También he moderado los encuentros en directo Con la salud en mente, en los que trasladábamos a expertos en salud mental preguntas de los lectores sobre temas concretos, como ansiedad, duelo perinatal, problemas para dormir o relaciones tóxicas.

 

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Nací en Valladolid y ya de pequeña jugaba a hacer entrevistas y me inventaba mis propias revistas, así que estaba claro. Me licencié en Periodismo y Comunicación audiovisual por la Universidad Carlos III de Madrid y en 2007 me estrené como becaria en la web de Cinco Días, justo cuando empezaba a estallar la crisis financiera de 2007, así que fue el mejor lugar para aprender. Durante cuatro años estuve en la Cadena SER, donde dos años hice información local en antena, en Radio Madrid, y otros dos fui redactora en CadenaSER.com. Tras dos años en Terra, donde estuve al frente del fin de semana y formé parte del equipo de portada, en 2014 entré en El Huff. Desde entonces y hasta julio de 2025 he estado vinculada a la sección de Tendencias, que ahora es LIFE. Me encanta leer y no entiendo la vida sin bailar.

 


 

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