Qué puede hacer Yolanda para escapar de Pablo

Qué puede hacer Yolanda para escapar de Pablo

Yolanda Díaz intentará no subir al escenario con Pablo Iglesias a su lado y pelea para que IU y el PCE den el paso y declaren su pleno apoyo a la ministra de Trabajo.

Yolanda Díaz y Pablo Iglesias juntos... en otros tiemposEuropa Press News via Getty Images

Yolanda Díaz intentará no subir al escenario con Pablo Iglesias a su lado y pelea para que IU y el PCE den el paso y declaren su pleno apoyo a la ministra de Trabajo. Los sindicatos mayoritarios, UGT y CCOO, practicarán el activismo en favor de Díaz, pero eso no bastará para desactivar a Pablo Iglesias y los suyos.

La frustración de Pablo Iglesias con las mujeres de su entorno que alcanzan el poder, es creer que todo se lo deben a él, ergo deberían seguir sus dictados al igual que Irene Montero e Ione Belarra. Solo que en el último mes la relación con la ministra que sustituyó a su mentor en Derechos Sociales, está pasando por zonas oscuras y tensiones.

Con Yolanda Díaz vuelve a poner en práctica el modus operandi que ya utilizó con Manuela Carmena, Carolina Bescansa, Teresa Rodríguez y tantas otras mujeres válidas contra las que cargó sin contemplaciones. A la ministra de Trabajo, a la que nombró a dedo tras su estrepitoso fracaso en las elecciones madrileñas, se la tiene jurada. Todos sus dardos se centran en minar su credibilidad y presentarla como una líder poco fiable, que traiciona sus principios. Tiene guasa que Iglesias la acuse con virulencia de haber impuesto a la candidata a la Junta de Andalucía sin primarias de por medio, cuando fue exactamente lo que hizo él, sin el conocimiento de Yolanda Díaz hace justo un año, al designarla como próxima candidata de Podemos a la presidencia del Gobierno.

Pablo nunca quiso designar a Yolanda, pero no le quedaba otro remedio. Él hubiera querido poner a Irene, pero en esos momentos era imposible. Las cosas con Ione ya tampoco están exactamente bien, desde hace un mes o algo más
Un diputado próximo a Iglesias y a Díaz

“En la negociación en Andalucía, Yolanda no impuso nada a nadie. Aunque estaba Ione en la negociación, todo lo consultaba con Pablo”, apunta una fuente próxima a la ministra de Trabajo. Es lo mismo que pasó con la primera negociación para formar gobierno con Pedro Sánchez; Irene Montero acudía a las reuniones con el equipo socialista pero le consultaba cada detalle y en caso de que tomara alguna decisión por su cuenta, al acabar la reunión se les escuchaba decir lo contrario en rueda de prensa tras haber hablado con Iglesias.

“Lo que estaba pasando en Andalucía ya era previsible —no los errores del horario y registro— pero hacía tiempo que Pablo le enseñaba los dientes a Yolanda. Lo que hay que saber es que Pablo nunca quiso designar a Yolanda, pero no le quedaba otro remedio. Él hubiera querido poner a Irene, pero en esos momentos era imposible. Las cosas con Ione ya tampoco están exactamente bien, desde hace un mes o algo más”, afirma un diputado próximo a ambos.

“Ya no se trata solo de romper los techos de cristal, sino de lograr que quienes deberían apoyarte, no te dinamiten una vez que has llegado”, afirman en el entorno del proyecto de Díaz. Frente al ataque frontal de Podemos, estas son algunas de las estrategias que el incipiente equipo de Yolanda Díaz tratará de adoptar:

1) Yolanda Díaz no se volverá a subir a un escenario con Pablo Iglesias a su lado

Si algo tiene claro el entorno de la ministra de Trabajo es que debe evitar compartir actos con Iglesias. La figura del exvicepresidente del Gobierno se ha vuelto tóxica para cualquier proyecto político con aspiraciones de ampliar su electorado. Y mejor mantenerlo a una distancia prudencial.

“Nunca se subirá a un escenario con Pablo Iglesias. Hace meses y meses que no hablan. Yolanda está decepcionada desde que le nombró a dedo en lugar de ir a primarias”, asegura un asesor de Díaz. La ministra se enteró de que era la elegida cuando se lo contó Enrique de Santiago, el secretario del PCE. Y eso fue poco antes de que Pablo lo anunciara.

Iglesias está adoptando la misma estrategia que adoptó en su día contra Manuela Carmena. El líder de Podemos se la guardó a la alcaldesa y en las elecciones municipales de 2019 se apuntó el tanto de lograr que no fuese reelegida, al apoyar la candidatura escindida de Sánchez Mato, por no haber contado con ellos en la plataforma Más Madrid con la que Carmena concurrió a los comicios, tras una legislatura plagada de minas desde sus propias filas. Se trabajó, sobre todo en redes sociales, por presentar a la jueza como una alcaldesa que se había vendido al poder y por lo tanto estaba incapacitada para representar los valores de la izquierda. Al final, se logró el objetivo. Antes regalarle el ayuntamiento a Almeida que a una Carmena que no se plegaba a sus deseos.

La figura del exvicepresidente del Gobierno se ha vuelto tóxica para cualquier proyecto político con aspiraciones de ampliar su electorado. Y mejor mantenerlo a una distancia prudencial

2) El apoyo de IU y del PCE

Su estrategia pasa por conseguir que Izquierda Unida (IU) y el Partido Comunista de España (PCE), den un paso adelante y la apoyen para articular su espacio a la izquierda del PSOE. El trabajo es duro. Tendrá que reorganizar esa especie de partido matrioska que hay —lo de matrioska ya lo teorizó en su día quien fuera destacado miembro del PSUC y luego en Iniciativa per Catalunya (ICV-EUiA), el sindicalista Joan Coscubiela—. Mientras el PSUC se diluyó en ICV, el PCE no lo hizo en IU.

Los comunistas siguen siendo un referente. En estos momentos, el secretario general del PCE es Enrique de Santiago, secretario de Estado de la ministra Ione Belarra y hombre criado en las juventudes comunistas. Dicen que se lleva bien con Belarra. Pero el problema no son las siglas de partido que lucirían cada muñeca rusa a medida que las fuera sacando, sino los rostros de cada matrioska: De Santiago, Garzón, López de Uralde… Lo que va a tener que gestionar la titular de Trabajo y su pequeño equipo es un revuelto de egos brutales, encapsulados unos en otros, necesitados de protagonismo y también de sueldos para sobrevivir si tuvieran que dejar la política.

Solo por recordar algunos nombres de dentro de la coalición y no bajar a la arena con los pesos pesados, como Iñigo Errejón o las mismas Irene Montero e Ione Belarra. Los otros nombres notables —Ada Colau o Mónica Oltra— ya tienen sus espacios autonómicos. Por ahora. Solo con mencionar aquí tal cantidad de personajes aumenta el mareo. Da más vértigo incluir en la batidora de Díaz tantos nombres necesitados de sobrevivir que el mareo que producen las sopas de letras de todas esas organizaciones. Resultado, la ciudadanía de izquierdas despistada y cabreada.

“Pero lo inmediato es qué puede hacer Yolanda para que Pablo asuma que se ha convertido en un estorbo para esa unidad a la izquierda. Ya no articula nada a su alrededor, solo siembra cizaña y trata de exigir como hace tres años. Es una lástima, porque Iglesias no sabe hacer análisis marxista. Se ha quedado con la parte más cutre del antiguo PCE. Es una depuradora que funciona al revés, ha expulsado fuera el agua limpia, lo bueno que tenía el 15M y Podemos en sus inicios y se ha quedado dentro con la sucia, con quienes le bailan y obedecen”, explica un exdirigente de Unidas Podemos.

3) Las fórmulas para ligar la coalición de Yolanda

Díaz tiene dos fórmulas para presentarse en 2023: o una coalición de partidos o una agrupación de electores. Ambas difíciles si hay que tener presencia en 52 provincias.

“Es injusto echar la culpa de todo lo que pasa en la izquierda a Pablo Iglesias. El problema de la izquierda y de esta sociedad es mucho más profundo que los personalismos de Pablo y su grupito. Lo grave es que el sistema de partidos se está descomponiendo en toda Europa y en los regímenes democráticos del resto del mundo. La fórmula del partido como sustentación de la democracia representativa se desgasta a toda velocidad y aún no ha aparecido una alternativa”, explica un intelectual y político de izquierdas, que fue asesor de Iglesias y propone abrir el foco.

“Las plataformas civiles, lo de la ciudadanía que busca la querida Manuela Carmena, tampoco sirven, porque no encontramos el cauce para llevarlas adelante. Además, el experimento —más allá de lo que le hizo Pablo a Manuela— no ha funcionado. Yo creo que Yolanda Díaz tiene claro que hay que buscar una fórmula distinta, que no existe aún. Y para eso también quiere abrir el proceso de escucha. Igual entre todos se nos ocurre una agrupación que funcione. Sí, es verdad, en esas escuchas también verá cómo respira el ego de cada uno. Pero de verdad, lo más difícil es encontrar cómo coaligarse. Yolanda sabe que las plataformas ya no funcionan”, añade la misma fuente, quien recuerda como hasta los iniciales y revolucionarios grupos de Telegram para comunicarse Podemos, terminaron también teniendo una jerarquía. No han servido, se descomponen por momentos, mientras que PP y PSOE, dos partidos analógicos, resisten mejor que quien fue el partido de las redes.

4) Hacerse fuerte allí donde Podemos está bajo mínimos 

Los territorios donde Unidas Podemos y Pablo han perdido mucha fuerza como Cataluña, Galicia o Valencia deberían ser terreno abonado para lograr la implantación de un frente de izquierdas que aglutine a tantas pequeñas formaciones progresistas, algunas nacidas tras las políticas internas de control de Podemos.

Andalucía va a ser el gran laboratorio y un barómetro para aventurar que podría pasar en las generales de 2023. En la izquierda del resto de España se va a analizar con lupa lo que suceda para tomar decisiones y posicionarse de cara las generales. Las encuestas de intención de voto evidencian una progresiva pérdida de Podemos, pero los demoscopos apuntan a que tiene una base que no le abandona, que es con lo que juega Iglesias, y creen que ha tocado suelo. “Pablo tiene un ego enorme. Eso también le pasaba a Ada Colau, pero esta ha sido mucho más hábil y ha aprendido en el ejercicio del poder en la alcaldía. Ahora mismo está con Yolanda, porque también ha tenido tiempo de calar a Pablo Iglesias. Monica Oltra en Valencia tampoco tiene dudas. Con Pablo solo quedan él y Monedero que no es un comunista, sino un fundamentalista”, explica un diputado progresista.

5) Hacer terapia con la paranoia de Podemos

“Ni Iglesias ni los suyos —del Olmo, Monedero, Mayoral, Montero— asumen que cada vez están más solos. Están paranoicos, el mundo conspira contra ellos. Los persigue Yolanda Díaz, Más País, IU y gracias a que Garzón se la jugó y ahora está bien. Garzón va a estar con Yolanda. Alberto nunca quiso ser ministro, lo que quiso fue ser presidente del Grupo, pero Pablo se empeñó en que tuviera cartera para quemarle, lo que no ha sucedido”, apunta una fuente próxima a IU.

El ego de Pablo Iglesias sale a colación en conversaciones, con cualquiera de las fuentes consultadas, como algo necesario para el éxito siempre que esté bajo control, pero muy peligroso cuando está desbocado. “A Pablo se le ha olvidado aquello de que los soberbios políticos e intelectuales, como él, desde los 30 tienen que defenderse de su ego. Pablo no sabe defenderse de su ego y tenía que haber empezado ya, en vez de pensar que todos le perseguimos. El concepto de Monedero, que se trabaja, de que el eje vertebrador de la izquierda es Podemos ya no es cierto, es un concepto bolchevique, que se ha quedado obsoleto superado por la realidad”, dice preocupado el líder de un partido de izquierdas, que no ha perdido la esperanza y considera que todavía hay posibilidad de armar una alternativa conjunta en la que cada uno encuentre su lugar.

Ni Iglesias ni los suyos —del Olmo, Monedero, Mayoral, Montero— asumen que cada vez están más solos. Están paranoicos, el mundo conspira contra ellos
Fuente próxima a IU

6) Los sindicatos, activistas para Yolanda

La ministra de Trabajo va a contar con otros apoyos externos, como el de los sindicatos y la no agresión del PSOE. “Y ambas cosas no son marginales. Nosotros tenemos muy teorizado —lo sabe y lo comenta el mismo Pedro Sánchez— que necesitamos a una Yolanda que aguante a nuestra izquierda. Ya está difícil, pero sin ella no sumaremos frente al avance de PP y VOX, la ultraderecha. Creo que el otro apoyo externo de la ministra van a ser CCOO y UGT. Y pese a lo que la gente piensa, no es un apoyo marginal. Ni mucho menos. Los sindicatos han recuperado imagen con ella y la Reforma laboral. Y serán activos en apoyo del proyecto que ella pueda articular”, explica una dirigente del PSOE.

Que ese apoyo será importante lo tienen claro en los alrededores de la ministra de Trabajo. Los sindicatos sí que tienen implantación territorial, pero no es suficiente. “No vamos a entrar con ella en ninguna coalición, pero sí seremos su partido laborista. Por decirlo de alguna manera”, cuenta un sindicalista de CCOO.

7) Frente a la reforma laboral de Yolanda, la Ley del aborto de Irene Montero

Para concluir que las cosas siguen cuesta arriba para el proyecto de Díaz, solo hay que escuchar a la ministra de Igualdad, Irene Montero. Con ánimo, la líder femenina de Unidas Podemos se ha lazando a capitalizar la nueva Ley del Aborto. Con toda la razón, porque ha sido un logro de Unidas Podemos. E intenta capitalizar los logros de Podemos en el Gobierno sin mencionar la reforma Laboral Laboral, atribuida a Yolanda Díaz. Montero ha señalado este lunes en la SER las excelencias de Bibiana Aído —injustamente tratada— y el presidente Zapatero; ha reconocido la labor de Pedro Sánchez en Bruselas para la energía en la península, o la labor de Ione Belarra. Pero ni una mención a la reforma laboral y Yolanda Díaz.

La conclusión inmediata —quizá también fácil y servida en bandeja— es: Pablo Iglesias e Irene Montero relanzan el liderazgo de Irene. Porque como recuerda siempre una de las fuentes consultadas para este artículo, “Pablo siempre hubiera querido que su sucesora fuera Irene, pero era poco ético. Hasta escandaloso”.