¿Ucrania no cumple con las expectativas?

¿Ucrania no cumple con las expectativas?

Un soldado ucraniano relató a la 'CNN' qué es lo que ocurre y lo que tienen que enfrentar durante la contraofensiva mientras en Occidente se preguntan cuánto tarda Kiev en expulsar a los rusos.

Un soldado ucraniano adiestrándose para la contraofensiva, en algún punto en las inmediaciones de Chernígov.Maxym Marusenko/NurPhoto via Getty Images

Mientras el Ejército ucraniano avanza a paso firme cada semana recuperando terreno a los invasores rusos en múltiples frentes, incluso antes de confirmar que la gran contraofensiva ya está en curso, han sido numerosas las voces y los análisis preocupantes sobre si realmente está siendo exitosa. Si toda esa ingente ayuda militar donada internacionalmente está causando un punto de inflexión en el campo de batalla.

En resumidas cuentas, se ha tratado de responder a la pregunta de si ¿Ucrania cumple realmente con las expectativas de Occidente? Más allá de lo cuestionable que es juzgar la capacidad de un país invadido y bombardeado prácticamente a diario, hay una explicación significativa sobre por qué cuesta tanto avanzar en un terreno que Rusia lleva controlando más de un año. Y la respuesta la tiene uno de esos protagonistas anónimos que luchan en la contraofensiva.

Un soldado que prefiere conservar su anonimato por lo evidente, se ha identificado ante la CNN con el nombre en clave Legion. Rechaza esa creencia de que la contraofensiva va demasiado lenta y asegura que tanto él como sus compañeros de filas califican las operaciones como “bastante exitosas y efectivas”. 

"Árbol por árbol"

Y ante los nervios occidentales de que el terreno recuperado se contabilice por metros y no por kilómetros -por cierto, cada semana se han recuperado unos 38 kilómetros cuadrados-, recuerda lo que les ha dejado Rusia en el camino del frente sur. Los campos de minas más densos que ha visto en toda su carrera militar, que les obligan a plantear las avanzadillas “árbol por árbol”.

A ello hay que sumarle también los devastadores efectos causados por la voladura de la presa de Nova Kajovka, que ha anegado ciudades y campos de cultivo en la provincia sureña de Jersón -y también en la península de Crimea, anexionada ilegalmente por Rusia en 2014-.