Un experto alerta: esta señal de Putin puede significar que se prepara para una nueva guerra
"El Kremlin ha creado inadvertidamente una bestia militar-industrial que debe ser dirigida incluso después de la paz", defiende.

El conflicto entre Rusia y Ucrania ha llevado a que el Kremlin obligue a los bancos rusos a proporcionar préstamos de bajo costo a aquellas empresas relacionadas con el sector bélico, lo que ha levantado las alarmas sobre una posible crisis bancaria en el país dirigido desde el año 2000 por Putin.
Sin embargo, algunos expertos consideran que este movimiento, más allá de buscar reforzar los esfuerzos bélicos actuales, también podría ser una señal de preparación para un nuevo conflicto, según denuncia Kari Liuhto, profesor y experto en Rusia de la Escuela de Economía de Turku. "El Kremlin ha creado inadvertidamente una bestia militar-industrial que debe ser dirigida incluso después de la paz", afirma Liuhto.
Según los datos de Craig Kennedy, un investigador del Centro Davis de la Universidad de Harvard, los préstamos concedidos en estos términos alcanzan un valor de entre 210.000 y 250.000 millones de dólares, lo que se traduce en una décima parte del Producto Interior Bruto (PIB) de Rusia en 2023. "¿La próxima guerra ya se ha preparado por accidente con esto?", se pregunta Liuhto. "¿Se repetirá Ucrania o el próximo destino, por ejemplo, será Moldavia?", añade.
La posible decisión de Rusia de ingresar en una nueva guerra, le ayudaría a evitar la crisis bancaria, provocada por la insolvencia de las empresas de la industria militar, que amenaza al país.
La inflación y las tasas de interés: otros obstáculos
Además de los préstamos bancarios, la economía de Rusia también enfrenta otras dificultades como la elevada inflación o el recorte de la rasa de interés clave hasta el 21%. "Ninguna empresa normal puede soportar este tipo de tasas de interés", aseguró Liuhto.
Sin embargo, "a pesar de las quejas, el aumento de la tasa de interés clave es, sin embargo, la herramienta más importante del Banco de Rusia para frenar la alta inflación del país", destacó Laura Solanko, una de las asesoras del Instituto de Economías Emergentes del Banco de Finlandia.
La elevada tasa de inflación ha derivado en el aumento de los precios generalizado, incluyendo en el sector de la alimentación. "Todo el mundo está de acuerdo en que la inflación es más alta, que es lo que dice la cifra oficial. La razón de esto en Rusia es ahora particularmente que los alimentos representan una proporción bastante grande de los gastos de allí, y los alimentos son ahora aquellos cuyos precios han aumentado muy rápidamente", afirmó.
En el supuesto de que la inflación continúe escalando en el país, el Banco de Rusia tendrá oportunidad de volver a subir su tipo de interés clave durante la primavera, aunque para ese momento las expectativas no son muy altas. "De acuerdo con las estimaciones preliminares, el PIB de Rusia creció quizás alrededor de un 4% el año pasado, pero la tasa de crecimiento se desaceleró claramente ya hacia finales de año. Se pronostica un crecimiento de alrededor del uno y medio por ciento para este año", destacó Solanko.
Algunos de los motivos de este crecimiento han sido el aumento del crédito y del gasto público, aunque como advierten los expertos, cada vez será más difícil hacer crecer la economía a través de estas herramientas. "Estamos cada vez más cerca de una situación en la que el aumento de gasto público y el endeudamiento ya no aumentan la producción, sino que van directamente a los precios", explicó.
A pesar de estas cuestiones, los expertos creen que el conflicto entre Rusia y Ucrania no finalizará por cuestiones económicas. "La crisis económica de Rusia llegará en la próxima década. Las sanciones están haciendo mella lentamente, pero incluso si la economía rusa va mal, el liderazgo actual no tiene ninguna posibilidad de perder la guerra", criticó Liuhtio.