Cuando las toallas tienen cierto tiempo, por mucho que se laven no tienen un olor agradable. Es frecuente que con el paso de los años, se queden impregnadas de un olor rancio a humedad que no se acaba de desprender de la ropa por mucho que se laven con calor y se utilice detergente y suavizante.

No obstante, en el medio finés Herkkusuut recogen un sencillo truco para acabar con estos incómodos olores y poder darle una segunda vida a las toallas sin necesidad de comprar otras nuevas. Para hacerlo, hay que usar dos ingredientes que se encuentran en cualquier casa.

Basta con tener 22,5 centilitros de vinagre y 10 centilitros de bicarbonato de sodio. En primer lugar, hay que lavar las toallas con normalidad en un programa de 60 grados en la lavadora añadiendo el vinagre en el compartimento del detergente.

Cuando acabe el ciclo de lavado, antes de que comience el aclarado, hay que introducir el bicarbonato en el cajón del detergente y esperar a que acabe el programa de la lavadora al completo.

Una vez que finalice, es muy importante que para evitar el olor a humedad se sequen en la secadora o en el exterior bien ventiladas.

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